El Pilar, este edificio singular de la ciudad de Vigo, fue casa particular durante muchos años. Las niñas y los niños de los años sesenta miraban la casa como la de un cuento, sobre todo cuando el tranvía pasaba por delante, un recuerdo que permanece imborrable en la memoria de muchas viguesas y vigueses. Luego pasó a propiedad municipal y se le dio uso durante años como Casa de la Juventud, algo muy acertado.
Sin embargo, hace poco dejó de serlo y el edificio permanece sin tener un uso determinado. Así las cosas, existe preocupación en cuanto a su futuro, puesto que a veces las decisiones municipales son tan lentas que los inmuebles terminan por desmoronarse. Sería una lástima que no se le busque rápidamente una utilidad pública.