El giro a la izquierda que miles de conductores vigueses utilizaban a diario y que permitía el cambio de dirección desde la Avenida de Beiramar, frente a los astilleros, hacia la rúa Ánimas y Tomás A. Alonso ya es historia.
Desde hace unos días, y a raíz de los últimos trabajos de pavimentación y señalización de la calzada, dentro de la obra de humanización de la fachada portuaria entre la Praza da Industria Conservera y Bouzas -que está llevando a cabo el Puerto en colaboración con la Xunta de Galicia-, se ha eliminado definitivamente esa maniobra que era muy socorrida por los vigueses que, día tras día, se desplazan desde el centro de la ciudad hasta el barrio de Coia o Balaídos.
La noticia ya se conocía desde el momento en el que se presentó el proyecto teniendo en cuenta las infografías que se habían utilizado para enseñar la obra. Sin embargo, nunca se hizo especial hincapié en el detalle de la eliminación del giro.
Y es ahora, con el fin de la actuación, cuando los conductores de Vigo se han dado de bruces con la realidad al observar la línea continua pintada sobre la calzada, lo que impide por completo dicho giro, y quedándose así sin uno de los principales atajos en una de las grandes arterias de la ciudad que, además, era muy usado como una buena alternativa al tráfico que habitualmente se concentra en la zona portuaria.
Ahora, los vigueses tendrán que buscar una alternativa para poder hacer ese giro a la izquierda ya que, en toda la Avenida de Beiramar, no existe a día de hoy ningún punto donde se puedan llevar a cabo estos giros, a no ser en las glorietas habilitadas en el Puerto de O Berbés, Praza da Industria Conservera o ya en la entrada a la villa de Bouzas.
Hay que recordar que hace unos años -y también dentro de las obras de una fase anterior de la humanización portuaria entre Areal y Bouzas- se eliminó otro punto conflictivo a la altura de la gasolinera situada frente a la lonja de O Berbés.
Y es que todas estas actuaciones tienen como objetivo reducir los puntos conflictivos de la Avenida y que contaban con mayor riesgo para la circulación, intentando minimizar así los accidentes.
Alternativas para la conducción
De este modo, las opciones que le quedan a los vigueses que quieran dirigirse hacia la zona de Coia o Balaídos pasan por recorrerse toda la Avenida de Beiramar hasta la glorieta de Bouzas para luego hacer el giro y volver por la misma vía o adentrarse en la villa para continuar por la calle Paulino Freire y, luego, Tomás Paredes.
Otra alternativa sería la de ascender por la calle Coruña desde la glorieta de la Praza da Industria Conservera para, después, girar hacia Tomás A. Alonso en la Praza de Eugenio Fadrique o, en su lugar, continuar por calle Coruña hasta Praza América.
Sea como sea, los conductores de Vigo tendrán que dar así unos cuantos ‘rodeos’ más y armarse de paciencia ante el tráfico en la zona portuaria tras la eliminación de este habitual y tan socorrido giro a la izquierda que ya es historia en la Avenida de Beiramar.
Un paseo de 1,5 km y una nueva plaza
Con todo, las obras de humanización de la Avenida de Beiramar están prácticamente rematadas. Es más, en una última visita a la zona del presidente del Puerto, Carlos Botana, y la conselleira de Infraestruturas, María Martínez Allegue, se dio la fecha de diciembre de 2024 para el fin de los trabajos, restando ahora simples detalles de señalización de la vía.
Este último tramo de la actuación para mejorar la fachada marítima de la ciudad supone la humanización y dotación de espacios más seguros, tanto para la circulación de peatones como de bicicletas, a lo largo de 1,5 kilómetros.
Se pondrán así a disposición de la ciudadanía 11.300 metros cuadrados de espacio público, además de 1.400 metros cuadrados de zona ajardinada, nuevo mobiliario urbano y plazas de aparcamiento para bicicletas, entre otras actuaciones.
Reforma de las aceras, pavimento, mejora de la movilidad e instalación de bancos, árboles, paneles informativos o aparcamientos para bicis son algunas de las mejoras, a las que se suma una nueva plaza-mirador a la altura de los astilleros Cardama.
La actuación ha contado con una inversión global de unos 15 millones de euros (de los que la Xunta acerca a través de fondos europeos un total de 3,5 millones) para una obra realizada en más de 7 kilómetros teniendo en cuenta, así, las anteriores fases llevadas a cabo desde la nave de Portocultura, hasta O Berbés y, de ahí, hasta la Praza da Industria Conservera.