Resulta impresionante el brillo de la estrella que corona el enorme árbol de Navidad de la Porta do Sol, de Vigo. Es algo que se percibe perfectamente desde la entrada de la autopista, desde la lejanía y, sobre todo, en el entorno del edificio del Concello, donde reluce conjuntamente con esas altas palmeras de la zona vestidas con brillantes bombillas. Los forasteros no paran de hacer fotografías de los adornos lumínicos de todas las calles y esta imagen que se muestra es una que también resulta obligatoria como recuerdo de una ciudad con un brillo y un ambiente que compite con las principales capitales, una ciudad con una población dividida entre los partidarios y los detractores de tanta masificación navideña.