Disclaimer. Si aún no has visto la película y tienes intención de verla, no sigas leyendo.
Creo que he visto todas las películas de Nicole Kidman que se estrenaron después del 2000. Fui a verla porque me interesaba la visión del deseo femenino desde la perspectiva capitalista americana. La verdad es que la película no va a dejar indiferente a nadie… pero para mal. La obra comienza ya con un primer plano de la protagonista encaramada a su marido en la ficción, Antonio Banderas. Los dos son un matrimonio en la cincuentena con dos hijas adolescentes y con una vida sexual estándar. Pero ya en la siguiente escena, vemos el cuerpo desnudo de Kidman (elegante y perfecta como siempre, sin desmerecer sus desnudos de Eyes Wide Shut en los noventa) viendo una escena porno de dominación femenina con la que consigue llegar al orgasmo. Creo que esta escena es un resumen gráfico de lo que vas a ver en las casi dos horas de película.
Kidman es una superinteligente y exitosa mujer CEO de una empresa similar a Amazon en la Gran Manzana de New York. Conoce a un becario dentro de la misma que desde el minuto uno nos hacen entender que es un experto en conocer el comportamiento y los deseos de los demás. Me parece un personaje horrible desde casi las primeras escenas. Una actuación, nefasta. En muchos momentos no se entiende para nada la relación extramatrimonial basada en el sexo de dominación que tienen entre ellos. Es más, resulta muy incómodo ver muchas escenas de juegos sexuales porque no queda nada claro que papel juega el disfrute sexual de ambos. Vemos a una Nicole Kidman confundida, nerviosa, sin entender en ningún momento su propia sexualidad y sin saber separar su mujer sexuada de su trabajo como gran líder, ni de su papel como madre ni esposa.
Mención especial merece la actuación de Banderas interpretándose a sí mismo: director de Brodway, sesentón, lector voraz que hasta incluso le llega a dar un amago de infarto como el que sufrió en la vida real. Creo que el personaje cumple su función en la trama pero no es una actuación memorable en la carrera de nuestro Antonio.
Sólo hay una figura realmente que ha llamado mi atención en la película: la asistenta personal de Kidman que desde un primer momento le hace reclamos para que valore su ascenso. Es un poco el pepito grillo de la película. Ella es una chica inteligente y joven que tiene una especie de rollete con el mismo becario y conoce tanto la relación entre ambos como las preferencias sexuales de su jefa. Cuando le propone por última vez el ascenso, le recrimina a su superiora que la admira muchísimo por ser de las pocas mujeres que ha llegado a ser CEO pero que no está facilitando las cosas para que otras como ella ascienden. Le recuerda que no quiere escalar para tapar su secreto, sino por méritos propios. Me parece el personaje más íntegro y coherente. Concuerdo con ella de que muchas mujeres ejercen el liderazgo como siempre se ha hecho, a la manera masculina, dejando a las que vienen detrás con la misma lucha, siendo estéril que existan iguales en puestos de responsabilidad.
En muchos momentos de la película se va a Kidman en lo que parece una sesión de EMDR como tratamiento psicológico a una infancia que transcurrió en una secta. No se hace alusión a sus padres o a lo vivido dentro de ella. De hecho, esperas hasta el final de la película que haya alguna conexión de esas imágenes sueltas y de su comportamiento en el sexo, pero nada.
Me fastidia que la sexualidad de una mujer con poder sea más controvertida que la de un hombre con poder. De hecho, cuando Banderas se entera de todo, el becario es premiado con un puesto de responsabilidad en Kawasaki. ¿ Sería lo mismo si el que estuviera en una situación de poder fuera un hombre? ¿ No terminaría despedida la becaria que sabe las intimidades no confesables del jefe?
Todo esto me hace llegar a la conclusión de que el deseo y la sexualidad femenina es un arma en contra nuestra en cualquier posición que estemos. Algo con lo que dominarnos. Parece que sólo volviendo a la idea de mujer asexuada se puede garantizar que toquemos puestos de poder o que se nos tenga tomadas en serio. La mujer, puta o santa. Virgen o impura. Madre y esposa o fulana cualquiera. No existe un todo para nosotras en este mundo. Nicole Kidman no puede ser la mamá de dos niñas adolescentes con delantal de flores y chuparle la polla de rodillas a un chaval joven por puro placer sexual porque no entra dentro de las ideas del patriarcado. Y mucho menos del capitalismo imperante que es el trasfondo de la película: la Big Apple, el dinero, el éxito, las nuevas tecnologías…
La película sólo merece la pena verla para recordarnos el gran camino que nos queda a las mujeres por recorrer, aunque la industria cinematográfica sólo piense en recaudar dinero con nuestros cuerpos.