La calle Elduayen es una de las principales arterias de la ciudad de Vigo. Y de las más históricas y antiguas. De hecho, informes de la Asociación Vigo Histórico citan el año 1896 como la fecha de su apertura como calle propiamente dicha tras «derribar murallas, destruir capillas y dividir» el Casco Vello en barrio alto y bajo. Sin embargo, artículos del periodista e historiador vigués Eduardo Rolland retrasan este acontecimiento histórico al año 1890.
Sea como fuere, la conocida inicialmente como primera ‘Travesía de Vigo’ cuenta ya con 130 años de antigüedad siendo una vía esencial para las comunicaciones de la ciudad viguesa.
Ya lo era a finales del siglo XIX, cuando se abrió para unir las vetustas carreteras de Camposancos y Pontevedra debido al gran crecimiento y expansión económica de la ciudad, sobre todo en lo que a industria conservera y pesquera se refiere, llevando consigo el derribo de importantes edificaciones así como la capilla de la Misericordia, cuyos restos fueron hallados hace ahora tres años a raíz de las excavaciones arqueológicas derivadas de las obras del túnel bajo Porta do Sol.
Y lo sigue siendo en la actualidad. Tanto una vía de unión -ahora mismo peatonal- como un símbolo de reivindicación histórica y una zona que, 130 años después, sigue estando en el ‘punto de mira’ como una de las principales arterias donde se tiene que intervenir urbanísticamente para que la ciudad siga creciendo.
Y es que como señalan desde Vigo Histórico, «la aceleración del desarrollo de la ciudad produce modificaciones urbanísticas y destrucción de edificios a la misma velocidad que el vertiginoso crecimiento de Vigo», reza uno de sus informes sobre el Patrimonio de Vigo y el impacto de la obra del túnel soterrado que parte de Porta do Sol.
Además, en la actualidad, dicha infraestructura ya se está proyectando para prolongarla y continuarla por debajo del Paseo de Alfonso para que enlace, después, con el futuro viario de la ‘macro’ urbanización residencial de Barrio do Cura. Y como avanzaron sus proyectistas a VIGOÉ, se hará en forma de «V» -a ambos lados de la muralla y el baluarte de A Falperra- «desdoblando los carriles» con el objetivo de salvar las raíces de la ciudad.
Así, continuando con la serie de artículos iniciada la semana pasada en torno a las actuaciones urbanísticas que se están desarrollando en el ámbito de Paseo de Alfonso, Barrio do Cura y calle Elduayen, rematamos este lunes con la información relativa a esta crucial calle poniendo el foco en los valores arqueológicos, patrimoniales, culturales e históricos que conlleva cualquier actuación que se ejecute en su entorno siendo, en estos momentos, el proyecto del futuro paso soterrado hasta Torrecedeira un elemento de discusión en la zona.
Pero además, en todos estos años, además de su carácter comercial y vital para las comunicaciones, la céntrica vía también se ha caracterizado por ser un ‘corredor’ donde se extienden las históricas edificaciones arquitectónicas que van desde Policarpo Sanz hasta Porta do Sol llegando, así, hasta Paseo de Alfonso.
Edificios de estilo «ecléctico o historicista»
La «riqueza y diversidad de las arquitecturas» -como describen desde Vigo Histórico- se refleja en los edificios patrimoniales que inundan esta vía viguesa siendo consecuencia, precisamente, del crecimiento y desarrollo urbanístico de finales del siglo XIX.
Y es que la práctica totalidad de los inmuebles de la calle Elduayen destacan por una «contemporaneidad entre urbanización y edificación que ha hecho que se forme un conjunto con una gran unidad y valor ambiental», se subraya en los artículos de la Asociación Vigo Histórico.
Edificaciones de estilo «ecléctico o historicista«, muchas de ellas diseñadas por Jenaro de la Fuente y que «repiten las invariantes del modelo residencial de una incipiente burguesía urbana, con composición simétrica de ejes de vanos verticales, balcones y miradores o galerías», destacan sobre los inmuebles que se observan cada vez que se transita por la pequeña calle.
Y de hecho, ese valor ambiental como conjunto está reconocido en el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Vello de Vigo (Pepri), aprobado en el año 2006 y donde, según resumen desde el colectivo, solamente hay dos edificaciones de vivienda que no se han incluido en el catálogo de elementos protegidos. El resto, está protegido, mayoritariamente, dentro del nivel de protección ambiental (reconocimiento de valor de conjunto indisociable) mientras que un total de ocho inmuebles gozan de protección estructural.
Este paisaje urbano tan característico del centro de la ciudad es una de las «señas de identidad» del propio Casco Vello de Vigo donde, como apuntan, «se han trasladado los modelos primigenios del ensanche».
De hecho, Nuria Campos, arquitecta del Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV), ponía en valor el carácter ambiental que se le tiene que dar al conjunto de una actuación. Y en este sentido, Fernando Carrera, desde Vigo Histórico, reconoce el trabajo que desde el organismo autonómico se está llevando a cabo para recuperar la esencia de la zona antigua manteniendo y conservando elementos patrimoniales mientras se recuperan viejos edificios.
«Es un modelo de éxito», valora, en clara contraposición con el planteamiento que desde el Concello de Vigo o los promotores privados pretenden hacer con Barrio do Cura o, incluso, con el proyecto del túnel soterrado por la calle Elduayen.
Es más, desde que se proyectó y ejecutó la obra -inacabada- del túnel bajo Porta do Sol, desde Vigo Histórico se movilizaron para paralizar y poner en valor el «desastre» que supondría el desarrollo del paso soterrado rompiendo todavía más, si cabe, la vetusta imagen de la calle Elduayen.
Las actuaciones arqueológicas llevadas a cabo en el año 2022 y la aparición de restos de la muralla de la ciudad así como de antiguas edificaciones hicieron que, finalmente, los restos se taparan y la obra, se paralizase hasta el día de hoy.
Una «fractura viaria» que permanece
Con todo, la histórica calle languideció con múltiples cierres de locales comerciales. Sin embargo, poco a poco y gracias a las intervenciones de particulares que apostaron por emprender y asentarse en la zona, así como por el ‘lavado de cara’ que le dieron desde el Concello posicionando la calle como una zona de paseo y disfrute en la fiesta de la Reconquista o en la pasada campaña de Navidad, fue mudando poco a poco su imagen y el paso de viandantes.
Sin embargo, bajo tierra todavía sigue existiendo una «fractura viaria» que parte en dos el barrio y que afecta al yacimiento romano-medieval Casco Vello. Una afección que se vio también el pasado año 2023 cuando, en el entorno del Paseo de Alfonso y el Olivo volvían a resurgir las viejas excavaciones -precisamente- por la propuesta hecha por el arquitecto Alfonso Penela -autor del proyecto de Barrio do Cura- para prolongar el túnel de Porta do Sol por Elduayen y que este saliese ya en el viario proyectado para la nueva zona residencial de lujo que ya se encuentra en plenas obras.
Ahí surgieron y se descubrieron restos de la antigua muralla de Vigo y del baluarte de A Falperra en una superficie de unos 515 m2 en el entorno del Paseo de Alfonso y Elduayen que, a día de hoy, se encuentran tapados a la espera del dictamen que la Dirección Xeral de Patrimonio determine con respecto al proyecto de prolongación del paso soterrado hasta Torrecedeira. «Se tapan para ver qué hacen con ellos», valoró José Luis Mateo, historiador del Instituto de Estudios Vigueses (IEV) al respecto.
Y a pesar de que la propuesta inicial de Penela se llevó a cabo de modo voluntario para que la Administración local valorase la idea de prolongar el túnel, la redacción del proyecto completo -tanto básico como de ejecución- se adjudicó el pasado 19 de abril del año 2024 a la UTE conformada por Alfonso Penela con la empresa Capitel, Arquitectura, Ingeniería e Innovación SL. por un importe de casi 290.000 euros.
El arquitecto Pedro de la Puente Crespo (autor de la reforma de Balaídos o, mismamente, de la peatonalización de Porta do Sol y alma de la consultora Capitel) firma con Penela este proyecto básico que, en estos momentos, se encuentra siendo «evaluado» por los técnicos de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia -como así confirmaron fuentes del Gobierno gallego- tras haberle remitido la documentación hace semanas desde el Concello de Vigo quien, además, solicitó financiación para ejecutarlo.
Una infraestructura «que se abre en dos»
Con todo, y tras las excavaciones y descubrimiento de la antigua muralla de la ciudad y del baluarte de A Falperra el pasado año 2023 y del que, desde el propio departamento de Patrimonio Histórico de Praza do Rei, señalaron que era «merecedora de ser conservada in situ«, la actuación de los arquitectos varió y, ahora, ya proyectan una infraestructura «que respeta la muralla y divide los viales en dos», explicó De la Puente a Vigoé. «Se abre y se vuelve a cerrar», especificó.
Esta forma de «V» hará que se salve uno de los mayores emblemas de la ciudad histórica y amurallada al mismo tiempo que evitará tocar el centenario Olivo, salvando así las raíces del verdadero símbolo de la ciudad. Sin embargo, son algunas las voces que alertan de esta situación si los trabajos no se desarrollan de forma correcta y con especialistas. «Es un elemento a resaltar que no creo que se atrevan a tocarlo», consideró José Luis Mateo desde el Instituto de Estudios Vigueses.
De hecho, en la propia documentación municipal se alerta de que en el proyecto definitivo de la prolongación del túnel «es importante estudiar bien» las especies que habrá en el entorno, haciendo especial mención al volumen del suelo y presencia del Olivo, y considerando conveniente solicitar autorización a la Dirección Xeral de Conservación da Natureza de la Xunta debido a la «simbología del árbol» y al hecho de que se encuentre en el Catálogo Galego de Árbores Senlleiras.
Aún así, el servicio de Parques y Jardines que firma el informe considera que la obra «no afectará negativamente» al Olivo ya que, como argumenta, «discurre suficientemente lejos de su emplazamiento y no afectará ni al sistema radicular ni al sistema aéreo».
Así, para salvar estos elementos, la idea es que cada carril del túnel -uno por sentido- enfile la zona donde se encuentra la antigua muralla a cada lado de la misma. «Cada carril va por un lado de la muralla. El túnel continuo se desdoblaría en dos y luego se volvería a juntar con el nuevo vial», detalló De la Puente, refiriéndose a la unión con el futuro vial que dará acceso a Barrio do Cura en el entorno del Paseo de Alfonso, concretamente, entre el antiguo edificio Asefal y el Olivo, abriendo además una especie de lucernario (como se observa en la maqueta) donde se podría observar la propia muralla.
Y mientras esperan a las consideraciones de Patrimonio con respecto al proyecto básico remitido porque, como explicó, «es el que sirve para las autorizaciones», siguen trabajando en el proyecto de ejecución aunque, como reconoce, «no podemos seguir mucho» al no tener «datos fiables» para continuar con el mismo y con las posibles limitaciones del departamento autonómico. Y para tener mayores certezas, harán falta nuevos sondeos geotécnicos para los que Patrimonio ya dio su ‘ok’ el pasado mes de agosto.
Eso sí, ya avanza que la maqueta creada por su consultora para el espacio y la reordenación del Paseo de Alfonso «más o menos» se mantiene, relatando que la antigua muralla de la ciudad «se podrá ver desde fuera», teniendo en cuenta la configuración de túnel que han decidido proyectar. De hecho, se podría acceder a la zona desde Poboadores, donde se habilitaría un bajo para poder observarla.
El quiosco y el mirador del Paseo de Alfonso, afectados
Lo que sí es cierto y como bien matiza el arqueólogo Fernando Carrera, desde Vigo Histórico, es que «el paisaje de nuestra memoria» ya no volverá a ser el mismo.
Como bien se desprende del proyecto básico firmado por Penela y como así confirmó De la Puente, tanto el quiosco como el mirador del Paseo de Alfonso se verán afectados por la ejecución de la obra.
Así, ambos elementos «se desmontarán y se almacenarán provisionalmente durante las obras y se recolocarán en su nueva posición una vez terminen», se señala en el documento rubricado por Alfonso Penela en el año 2022.
Con todo, es una máxima que el propio responsable de Capitel sostuvo que así sería, ampliándolo, además, al caso de la histórica y centenaria balaustrada, rematada en el año 1931.
«El quiosco se repone en su lugar original en el bulevar», aseguró. Mientras que en el caso de la balaustrada, al tener «un poco de curva, se endereza», dijo. Eso sí, garantiza que se mantendrá igual «con unas ligeras modificaciones de la línea en la que va. Se retiraría, restauraría y se volvería a colocar», afirmó.
De la Puente manifestó que todas estas consideraciones ya están contempladas en el proyecto y que en la propuesta remitida a Patrimonio ya «justifican» qué se hará con los elementos catalogados que hay en el entorno.
En este sentido, desde Vigo Histórico quisieron poner el foco, precisamente, en la configuración final y aspecto que tendrán los elementos patrimoniales del Paseo de Alfonso XII en un futuro y una vez rematen las obras, sobre todo, con la balaustrada y por el hecho de ir en curva. «Todos los elementos los tendrán que mover porque por ahí va el túnel», reconoce. «Lo van a tener que levantar todo… el daño al Olivo, la baluastrada cambia porque tiene forma curvilínea, el quiosco lo desplazan también», lamenta Carrera con pesar por cómo quedará esa imagen final. «No puede ser lo mismo», remató.
En definitiva, un proyecto en túnel soterrado para prolongar el actual que ya se encuentra bajo Porta do Sol y que llegará a los 555 metros, ampliándose así en 135 metros de vía soterrada que salvarán los restos de la muralla de Vigo y el Olivo para enlazar con el nuevo vial previsto en la urbanización de Barrio do Cura y que conectará las calles Poboadores, Santa Marta y Torrecedeira, donde el tráfico emergerá en una nueva glorieta que se levantará en el entorno del edificio del número 36 de Santa Marta, recientemente visto para sentencia y demolición, tras el acuerdo «forzoso» al que llegaron los vecinos con el promotor de Barrio do Cura.