Se ha cerrado el mercado de invierno de la Liga y para el RC Celta lo ha hecho con una sorpresa final, y es la salida de Tassos Douvikas hacia el Como 1907 italiano por una buena cantidad de millones de euros.
Hoy al frente del RC Celta, en tres de los cargos importantes están Marián Mouriño en la presidencia, Marcos Garcés en la programación deportiva y Claudio Giráldez en el banquillo.
Hablando de memoria creo que la presidenta no lleva aún dos años en el cargo, y el cambio ha sido absoluto. La Sra. Mouriño le ha dado la vuelta al club como a un calcetín. Todo lo que ha hecho es importante, pero a mi entender lo más ha sido el trato con la afición, que antes era despreciada, y a veces humillada, y hoy existe una gran comunión entre los aficionados y A Sede de Principe. En esto ha influido notablemente la creación de «A oliveira dos cen anos», que ha sido otra rama (nunca mejor dicho) donde se ha agarrado la afición más joven para llenar cada domingo Balaídos.
Otros logros a destacar han sido la paz social con la alcaldía, la creación de As Celtas y, no menos importante, el acuerdo con los comuneros de Tameiga para desenquistar el proyecto de GS360. Y sin olvidarnos de su apuesta por un entrenador de la casa cuando vio que Benítez nos podía llevar a perder la categoría.
Otro punto a su favor ha sido el reciente episodio de salir en un programa de máxima audiencia en tv, vendiendo con mucha clase (y un gran marketing) la marca Celta a toda España.
Por supuesto a Marco Garcés también lo fichó Marián Mouriño para dirigir el área de fútbol, en cuanto a fichajes y traspasos en el primer equipo y en el Fortuna (un bonito nombre para el filial).
Garcés vino con un CV importante ya que trabajó, además de con clubs mejicanos, con Manchester United y Liverpool de la Premier, y posteriormente con el club de Los Angeles de la MLS. De hecho sus contactos con la liga de soccer USA se han notado claramente en este último mercado de invierno.
El Director de fútbol celeste consiguió, en el pasado mercado veraniego, desprenderse mediante cesiones de Miguel Rodríguez, Unai Núñez, Carles Pérez, Manu Sánchez y Carlos Dotor, además de traspasar a Strand Larsen a los ingleses de Wolverhampton. En cuanto a las llegadas Marco incorporó a los cedidos Borja Iglesias y Aleix Moriba, y a Marcos Alonso mediante traspaso.
No estuvo mal, pero la plantilla seguía siendo demasiado extensa, de ahí que en este mercado invernal Garcés haya provocado las salidas de Allende, Aidoo y Luca de la Torre mediante cesión, y los traspasos de Jonathan Bamba, y casi fuera de tiempo, de Tassos Douvikas. De éstos los que más habían jugado fueron el francés Bamba y el griego Douvikas. El primero era un jugador muy caro y que aportaba poco, y el segundo se había ido desenganchando del equipo hasta que pidió, una y otra vez, que se le traspasara. A los celtistas que critican que no haya venido otro delantero, les recordaré que para traer a un Seferovic, Smolov, Ferreyra o Paciencia creo más sensato no incorporar a nadie. De hecho Pablo Durán ya ha pegado la patada a la puerta y estoy seguro que nos dará muchas alegrías.
En este último mercado el club firmó al noruego El-Abdellaoui (para el Fortuna) y a nuestro canterano Iker Losada que viene cedido por el Betis. Entre Losada y Bamba creo no hay color a favor de Iker. Con todo lo cual creo que la plantilla no queda con menos posibilidades que antes. No hay que olvidar que en esta segunda parte de la temporada los canteranos Yoel Lago y Fer López serán jugadores del primer equipo. Atención a éste último que ya es un proyecto de gran futbolista.
Para finalizar quería referirme al entrenador Claudio Giráldez. Como dice el refrán «no hay mal que por bien no venga», lo creo aplicable a la llegada de Rafa Benítez al RC Celta.
Todos los aficionados creimos que con Benítez el Celta daría un salto de calidad por ser un entrenador de prestigio, y la aficion se ilusionó. Luego todo salió mal y la máxima dirigente del club debió cesarlo antes de que hubiera males mayores.
La presidenta Marián fue valiente y apostó por un técnico de la casa como era Claudio Giráldez, que ya llevaba unos años entrenando en la academia celeste. Giráldez es un entrenador vocacional que está pensando en fútbol (casi) las 24 horas del día. Con su trabajo en la cantera enseguida dio muestras de que en él había madera de buen técnico, así lo decían sus jugadores y colaboradores más cercanos.
Con la salvedad de los resultados fuera de Balaídos (algo que seguro solucionará) el Celta ha tenido mucha suerte de que Giráldez llegara al primer equipo. Sin llevar ni un año al frente del banquillo celeste ya ha demostrado que es un técnico valiente, y que con sus canteranos puede ir hasta el fin del mundo. Estoy seguro que la próxima temporada fichando a un portero de garantías, y dos o tres retoques más el equipo podrá hacer grandes cosas.
Para finalizar, no hace tanto estaban al frente del RC Celta Carlos Mouriño, Luis Campos y Rafa Benítez. Parece que fue hace mucho pero no es así. Hoy con Marián, Marco y Claudio creo que el futuro del club puede ser venturoso y victorioso.
Ya pronto (?) el estadio de Balaídos estará terminado y se oirá cada domingo (o lunes) a todo pulmón «A oliveira dos cen anos», con Marián y Marco en el palco y Claudio en el banquillo. ¿Qué más se podría pedir?