Los operarios han retomado las obras de humanización de Calexón Balado, donde ya ha desaparecido prácticamente por completo su anterior imagen, restando tan solo en pie el árbol en medio de la plaza que, según aseguró Abel Caballero en su día, se «respetará». «Se trata de un árbol que está sano y lo vamos a mantener», aseguró en la presentación de las obras, hace ya casi dos años.
Las obras comenzaron en septiembre de 2023 y el plazo de ejecución estaba previsto en cuatro meses, pero «razones arqueológicas» obligaron a replantear el proyecto y a retrasarlo sin fecha apenas unas semanas después de comenzar.
De hecho, hubo que esperar algo más de un año para que, en diciembre de 2024, se diese luz verde al reinicio de las obras, tras el acuerdo de modificación del proyecto de mejora que permitirá la transformación de la plaza.
Tras el modificado, el presupuesto inicial de 306.292 euros se incrementó en 59.000 euros más, alcanzando por tanto los 354.000 euros. El cambio del proyecto se debe, según indica el expediente, a las «condiciones geotécnicas del terreno y el estado de las estructuras existentes, distintas a las recogidas en el proyecto».
De hecho, según indica, una vez comenzados los trabajos de demoliciones y la realización de catas en las zonas de implantación de los muros laterales del conjunto de rampas y escaleras previstas en el proyecto de mejora del entorno, se constató que, en la profundidad máxima prevista para el asiento de las zapatas, el terreno estaba formado por un relleno con grava y gran cantidad de plásticos, por lo que se concluyó que el suelo no tenía la capacidad idónea para soportar las cargas de los elementos estructurales de hormigón armado.
Por todo ello, se hizo necesario aumentar la profundidad de las excavaciones y modificar también la estructura de los muros de carga para adecuarla a las condiciones geotécnicas del terreno, distintas a las recogidas inicialmente.
Estos cambios conllevan además adoptar medidas de seguridad complementarias para sostener el terreno, debido al incremento de la profundidad de la excavación, con el objetivo de garantizar las condiciones óptimas de seguridad en la ejecución de los trabajos para el personal que precise acceder a la zona de excavación durante la ejecución de la estructura.
Asimismo, el aumento del volumen de excavación implica un incremento de la afección de la superficie contigua a los bajos destinados a actividades lúdico-comerciales, dificultando el acceso a los ismos, por lo que hay que contemplar la instalación de pasarelas que permitan el acceso. Del mismo modo, también supone un inevitable aumento en la cantidad de residuos generados.
Deterioro en algunas estructuras
Según señala el expediente, en el momento de ejecutarse el protocolo de grietas previsto en el proyecto para los sótanos de los edificios, «se detecto un alto grado de deterioro en la estructura de los mismos, en forma de grietas y humedades», por lo que dicho protocolo de grietas tuvo que extenderse también a los bajos y a las primeras plantas de los edificios con el objetivo de conocer el estado inicial y detectar las posibles afecciones que pudiese ocasionar un vaciado del terreno adyacente.
En concreto, añade el informe, se detectaron importantes humedades en el sótano del número 43 y, dado que en uno de los muros proyectados se dispone con toda su superficie en contacto con el parámetro vertical del citado local por lo que, para evitar un mayor deterioro, y con el objetivo de protegerlo, se procederá a la impermeabilización y aislamiento de la parte que está en contacto con ambos muros.
Nueva plaza
Las obras supondrán la retirada del mobiliario existente para la posterior demolición de aceras y de pavimentos.
Se renovará la red de abastecimiento, saneamiento y pluviales y se instalarán nuevos elementos de mobiliario como bancos de piedra, jardines, elementos decorativos y señalización. «Será un punto de encuentro ciudadano», aseveraba en 2023 Abel Caballero que añadió asimismo que al árbol del medio de la plaza se le añadirán otros siete que complementarán el entorno.