Este tramo de la Rúa Príncipe, de Vigo, ha experimentado un profundo cambio comercial durante las últimas décadas. Donde actualmente acaban de abrir las puertas de la perfumería Primor estaba Cortefiel y años antes estaban las galerías Alfredo Romero, muy grandes para el comercio de aquella época y que, además, eran muy populares por una inmensa pajarera cilíndrica de unos dos metros diámetro y varios metros de altura, situada al fondo, y porque los jueves regalaban globos a las niñas y los niños.
Al lado izquierdo de su entrada estaba un comercio especializado en maletas y bolsos llamado Barros, y a su lado, entre los dos establecimientos, había una pequeña joyería y relojería,
Continuando hacia la Porta do Sol, en el edificio donde hasta hace poco estaba H&M, estaban las galerías de La Norma, un comercio que hacía esquina con Príncipe y unas galerías que no tenían salida posterior, constituían un pequeño conjunto de establecimientos entre los que estaba Guante Varadé y el bazar Tobaris, que tenía su establecimiento principal en la Rúa Marqués de Valladares, donde estuvo la churrería Bonilla y donde actualmente está Vaya Churros.
El siguiente edificio, colindante con el de H&M, con el bajo actualmente ocupado por la jamonería Casa Carralbo, antes tuvo un establecimiento de bisutería, Uno de 50, y antes La Ideal, un comercio icónico de complementos, y a continuación, donde ahora está la zapatería Dadá había el conocido comercio de fotografía llamado Foto Club.
La Rúa Príncipe ha ido cambiando cada vez más rápido de comercios, a pesar del desorbitado precio de los alquileres, e incluso se han llevado a cabo remodelaciones de edificios enteros para adaptarlos a las necesidades de grandes superficies. Lo curioso es que luego, cuanto más grande es la superficie de local, resulta más difícil encontrar sustituto. Y también resulta muy curioso que siendo la calle comercial más importante de la ciudad de Vigo y una de las más concurridas, en cuanto cierra el comercio se queda solitaria.