Elegancia, sofisticación, lujo, brillo y un cuidado diseño de interiorismo giran sobre el nuevo y exclusivo hotel boutique del Faro Cabo Silleiro que este lunes abrió sus puertas al público de forma oficial.
Y ha sido gracias a la esmerada obra de recuperación patrimonial y arquitectónica del centenario faro -que seguirá en activo- liderada por el arquitecto vigués Pedro de la Puente pero, sobre todo, por el diseño de interiores de otro exclusivo experto como es Raúl Lamarca, llevando así el sello del interiorismo vigués.
Juegos de luces en los pasillos, colores intensos y vibrantes en las salas comunes o distintas texturas en las habitaciones forman parte del exquisito decorado, logrando un concepto que combina la creatividad con las formas artesanales y originales del histórico edificio, siendo inaugurado por primera vez en el año 1924.
Más de 100 años después se vuelve a reinaugurar añadiendo una nueva y exclusiva finalidad: la de hotel boutique dirigido a un público muy exclusivo y de ‘alto standing’ convirtiéndose además en el único faro de la provincia de Pontevedra y de la Rías Baixas con este propósito.
Se trata así de «un cliente que busca experiencias diferentes», explicó Fátima Refojos, jefa de recepción del nuevo complejo hotelero que ya se puede reservar a través de plataformas online como Booking o a través de agencias de proximidad.
Precios con una «línea alta»
Sin embargo, no está a la altura de todos los bolsillos ya que sus precios, en función de la temporada, oscilan entre los 285 euros la noche en temporada baja para una habitación doble a los 450 euros en los meses de verano o a los 385 euros en esta misma Semana Santa. «Es una línea alta pero hay demanda para estas tarifas», reconocía la propia jefa de recepción a los medios de comunicación durante un recorrido por las instalaciones previo al acto de inauguración oficial.
El hotel ofrece un total de 17 habitaciones, entre la planta baja y primera, todas exteriores y a las que se puede acceder a través de la característica escalera de caracol que se mantiene en el edificio completamente recuperado.
Y se diferencian dos tipos de habitaciones en función de las vistas: al mar o a la montaña. Los precios más altos son los que cuentan con las vistas al Atlántico y teniendo una diferencia de 25 euros con respecto a las que otorgan una observación a los parajes de los montes de Baiona y Oia. Y en el caso de querer reservar una habitación individual, las tarifas también se reducirían otros 25 euros.
De hecho, una de las exclusivas habitaciones que se dirige a la costa del Atlántico -de unos 20 metros cuadrados de superficie- cuenta con las mejores observaciones y un valor añadido. Y es que todas sus ventanas -tres en total- ofrecen «vistas a las Cíes y a Nueva York», como bien reconocieron desde el complejo hotelero.
Además, una de ellas está incluida en plena ducha, con lo que la experiencia de levantarte en un faro que prácticamente se ‘baña’ en el Océano Atlántico será mucho mayor al poder disfrutar de un buen baño -valga la redundancia- con dichas vistas «a Nueva York».
Biblioteca viajera y piscina ‘infinity’
«Se ofrece calidez y conectarse al entorno», destacaba Fátima Refojos sobre las particularidades de ambos tipos de habitación, en un complejo que ofrece también una biblioteca viajera -donde los huéspedes podrán coger y dejar libros propios-, cafetería, sala de hostelería donde se ofrecerán los desayunos a los clientes, terraza, un pequeño gimnasio con vistas también al mar y una piscina ‘infinity’ en la parte exterior -con agua salada- y un jardín, donde se podrán organizar, también, todo tipo de eventos, como bodas o congresos empresariales.
Es más, en un principio no plantean abrirlo a clientes externos, dejando esta función para la taberna del Faro Pequeno, gestionada también por la empresa impulsora del hotel boutique, Lighthouse Baiona, siendo así una de sus mejores bazas para contar con un cliente más exclusivo. «Es un valor añadido que no muchos pueden ofrecer», destacó Refojos.
Con todo, en estos primeros días ya cuenta con una ocupación casi total -entre un 70% y 80% sin estar todavía abierto al público-, y con un cliente que es vacacional y que procede del ámbito nacional o local. Y a mayores, para este mismo fin de semana, dos parejas de novios que han reservado para su noche de bodas.
Sin embargo, sus ojos se posan también en el ámbito extranjero con el peregrino internacional a la cabeza puesto que el Faro se encuentra en pleno paso del Camino de Santiago Portugués por la Costa. De hecho, ya trabajan con la agencia Pilgrim Travel, que se dedica a los viajes del Camino.
Reservar todo el hotel para bodas
Pero el complejo hotelero va más allá y no se limita a alojar huéspedes en una envidiable ubicación con vistas al océano. Y es que sus responsables ofrecen el hotel boutique y todas las instalaciones por completo -a excepción del Faro y su acceso- para la organización de bodas y todo tipo de eventos que no suelen congregar a mucha gente.
Es más, ya tienen reservada la instalación para una jornada de oncólogos así como para otros eventos de empresas privadas al mismo tiempo que para una boda que se celebrará en el mes de junio. Y en este caso, ofrecen el ‘pack’ completo con un precio cerrado que también depende de la temporada pero que oscila entre los 6.500 euros a los 8.500 euros para el mes de agosto o los 7.500 euros de un nivel intermedio.
Esta tarifa sería por una jornada completa en la que se ofrecen las 17 habitaciones del hotel con desayuno incluido además del uso de los espacios del edificio. «Sería reserva completa para todo el hotel, con plan B con carpa por si llueve», especificó Fátima Refojos. A mayores, se da la posibilidad de contratar catering, flores u otras peticiones ya que trabajan con la empresa del Val Miñor, Nuria Cervera Chefs.
«Se hace la ceremonia en el entorno de la piscina y los invitados se quedan en las habitaciones del hotel», cuenta la jefa de recepción que detalla que la gente «busca celebrar ocasiones especiales» y nunca mejor en un paraje tan único como el de Cabo Silleiro.
Un acto con más de 50 invitados
La inauguración oficial del hotel boutique del Faro de Cabo Silleiro concentró a lo más granado de las autoridades locales, provinciales y regionales. Nadie se quiso perder la cita que, debido a las condiciones climatológicas, se tuvo que llevar a cabo en el interior de la sala de hostelería, un pequeño espacio donde había más de 50 personas.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda; el alcalde de Baiona, Jesús Vázquez Almuiña; el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Carlos Botana, así como los impulsores de proyecto con Pati Blanco y Miguel Ángel Fernández a la cabeza, estuvieron acompañados por representantes de otras administraciones, por el equipo encargado de ejecutar la obra así como por múltiples asistentes e invitados que no se quisieron perder la ocasión de conocer el nuevo hotel boutique.
«Un símbolo de Galicia»
Así, Alfonso Rueda puso en valor la actuación ejecutada como ejemplo de un «modelo sostenible, rentable y desestacionalizado» del turismo, destacando este proyecto como un «símbolo» de Galicia, que apuesta por la recuperación del patrimonio y que «sabe crecer sin perder su alma».
Las obras contaron con un presupuesto de 578.000 euros procedentes de fondos europeos Next Generation a través de la Xunta de Galicia. Rueda enfatizó así que el nuevo hotel se sitúe en el Camino Portugués por la Costa, el tercer itinerario más transitado del Camino de Santiago, con más de 75.000 peregrinos en el año 2024.
Por su parte, el presidente del Puerto de Vigo, Carlos Botana, valoró el proyecto como una actuación «muy importante como polo de atracción de turistas, sobre todo de peregrinos que recorren el Camino de Santiago portugués por la costa”, sin dejar de lado la importancia de la reconversión de faro en hotel poniendo el foco en que se mantendrá su uso como señalización marítima.
El tercer faro reconvertido en hotel de Galicia
En este sentido, destacó la «dedicación e ingenio» de los torreros (como se conocía antiguamente a los fareros), que «jugaron un papel fundamental en el mantenimiento de este faro, sobre todo en tiempos de la postguerra española y la guerra en Europa, que provocaron una falta de abastecimiento de materiales y suministros que pusieron en peligro su funcionamiento» señaló a través de una nota enviada a los medios de comunicación, al mismo tiempo que se refirió a “los miles de barcos que han sido guiados por la luz del faro de Cabo Silleiro”, dijo.
Con esta obra, el faro de Cabo Silleiro se convierte en el primer faro de la provincia de Pontevedra reconvertido en hotel y el tercero de la Comunidad gallega, sumándose, de este modo, al de Punta Insua (en Lariño, Carnota) y al de Illa Pancha (en Ribadeo, Lugo). A nivel nacional, sigue el ejemplo del faro de San Sebastián, en la Costa Brava, y del de Punta Cumplida, en la isla de La Palma.