La Gerencia de Urbanismo de Vigo acaba de dar luz verde a las obras de rehabilitación integral de un histórico y centenario edificio que se encuentra en el Casco Vello y en pleno corazón de Vigo.
El número 4 de la Praza da Constitución acaba de obtener licencia para dichos trabajos con el objetivo de transformar el inmueble, cuya fecha de construcción se remonta al año 1860 según la ficha del Pepri, y remodelar así las cuatro viviendas preexistentes. El fin: reconvertir el vetusto edificio y consolidar el mismo inmueble con una nueva imagen y una distribución de bajo comercial, dos plantas y bajo cubierta.
De este modo, se configura un renovado inmueble con una vivienda por cada planta en los niveles primero y bajo cubierta al tiempo que se ofrecerán dos viviendas más en la segunda planta. En un principio, y según marca el expediente de Urbanismo, no se intervendrá en el local comercial de la planta baja, que a día de hoy se encuentra completamente cerrado, manteniendo así un uso terciario.
El histórico edificio, con casi 200 años de antigüedad, se encuentra en una excepcional ubicación en plena Praza da Constitución -siendo ‘vecino’ del inmueble que alberga El Escalón y el mítico Bar Princesa, estando muy cerquita de la Fundación Penzol-, y teniendo como protagonista su bajo con soportales, tan característico de todas las edificaciones que se encuentran en este entorno vigués. Además, su fachada posterior da también a la Praza da Princesa.
El proyecto básico de rehabilitación integral está firmado por el arquitecto Jaime Martínez Molina en marzo del año 2024 contando un anexo reciente de febrero de este mismo año 2025.
El presupuesto de la obra asciende a 351.400 euros y la licencia fue solicitada y otorgada por Urbanismo para la empresa Estructuras y Revestimiento de Galicia SL.
De este modo, se da un paso más para que la histórica praza cuente con un brillo mayor en sus edificaciones tras la reciente finalización del inmueble donde se encontraba el emblemático negocio de La Cerería de Vigo que, como avanzó VIGOÉ, ya luce con todo su esplendor en el corazón de la ciudad buscando, además, moradores para su bajo comercial.
La licencia otorgada por la Gerencia de Urbanismo, que este martes pasó por la reunión ordinaria del Consello, da buena cuenta del carácter patrimonial e histórico de la construcción. De hecho, la ficha del Pepri lo califica con un valor arquitectónico alto mientras que el interés urbanístico lo eleva a muy alto estableciéndose su categoría histórica en un nivel medio y, finalmente, estando catalogado con un nivel de protección estructural.
Con todo, especifica que se levanta en una parcela que tiene una superficie de 153,59 metros cuadrados totalmente ocupados y una superficie total construida de 590,53 m2, considerando como elementos protegidos las fachadas de piedra, la estructura interior, los soportales, las carpinterías de madera o los balcones y barandillas, entre otros.
Mientras, las superficies de cada planta para edificar oscilan entre los 129,77 m2 del bajocubierta donde habrá una vivienda a los 163,55 m2 de la planta primera -donde también se proyecta un único piso- a los 162,71 metros cuadrados del segundo nivel, donde se plantean dos pisos. Para el bajo comercial se especifica una superficie de 134,50 m2.
Protección y accesibilidad
Además, ya advierten de que, entre las obras permitidas, se debe tener en cuenta la restauración del edificio para «volver a su imagen original», especificando una reforma «restringida» de la distribución y dotación de los servicios o instalaciones «obligando» al mantenimiento de fachadas, elementos interiores protegidos y, en consecuencia, según matizan desde Urbanismo, «la posición de los forjados».
Es decir, se consideran obras «prohibidas» el aumento del volumen, los cambios de tipología y materiales de la estructura así como la alteración de los elementos protegidos y la modificación de los materiales de la fachada y carpintería exterior.
Pero la licencia otorgada por Urbanismo para la rehabilitación del inmueble incluye la «adecuación funcional» del mismo con la introducción de un ascensor, una mejora en el trazado de las escaleras y el incremento del patio interior.
Así, incorporando estos elementos de accesibilidad, el departamento municipal concluye que, con esta reforma, se «mejorarán las condiciones de funcionalidad, seguridad y habitabilidad en relación a las viviendas preexistentes de manera significativa», poniendo así el foco en la accesibilidad con un nuevo ascensor al mismo tiempo que se «adapta» la escalera «invirtiendo el sentido del tramo», detalla la resolución.