La Xunta de Galicia ha decidido prolongar este martes, 29 de abril, la suspensión de la actividad lectiva en todos los centros educativos de la comunidad, así como del transporte escolar, debido a la persistente crisis energética derivada del apagón masivo que afecta al pías desde el lunes. La medida, anunciada por la Consellería de Educación, Ciencia, Universidades y Formación Profesional, busca garantizar la seguridad de estudiantes y personal docente mientras persisten las dificultades en el suministro eléctrico y las comunicaciones. Los centros educativos permanecerán abiertos para atender incidencias, aunque la Consellería ha pedido comprensión a las familias ante posibles retrasos en la apertura debido a problemas logísticos.
Una decisión coordinada
La suspensión se enmarca en las decisiones adoptadas por el Centro de Coordinación Operativo Integrado (Cecopi), que gestiona los efectos del apagón en Galicia. Según el comunicado oficial de la Consellería, publicado en la red social X, «los centros educativos permanecerán abiertos para la atención de cualquier incidencia, manteniendo la suspensión de la actividad lectiva y del transporte». Esta medida responde a la necesidad de priorizar el ahorro de combustible y minimizar desplazamientos innecesarios, dado que Galicia cuenta con la red de transporte escolar más extensa de España, lo que implica un elevado consumo energético.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha subrayado la importancia de actuar con prudencia ante la incertidumbre sobre la recuperación total del suministro eléctrico. «Es necesario priorizar», afirmó Rueda en una comparecencia reciente, apelando a la responsabilidad colectiva para optimizar los recursos disponibles durante la emergencia. Además, la suspensión afecta también a las escuelas infantiles de 0 a 3 años, los centros de día para mayores y personas con discapacidad, así como las actividades deportivas federadas, en un esfuerzo por reducir la presión sobre los servicios esenciales.
Impacto en las familias y el sistema educativo
La prolongación de la suspensión ha generado un impacto significativo en las familias gallegas, que deben reorganizarse para conciliar la ausencia de clases con sus responsabilidades laborales. La Consellería ha reconocido las dificultades que esta situación puede ocasionar, especialmente en aquellas localidades donde los problemas de comunicación han complicado la coordinación para la apertura de los centros. «Pedimos comprensión a las familias, ya que algunos centros pueden no tener preparada la apertura a primera hora del día debido a la dificultad para las comunicaciones», señala el comunicado oficial.
A pesar de la suspensión de la actividad lectiva, los centros educativos permanecerán abiertos con personal suficiente para atender a los alumnos cuyas familias no puedan hacerse cargo de ellos durante el horario escolar. Esta medida busca garantizar un espacio seguro para los menores, aunque no se impartirán clases ni se avanzará en el temario, dado que la prioridad es mantener la operativa básica en un contexto de incertidumbre energética.
Ajuste de programación
La prolongación de la suspensión plantea interrogantes sobre cómo se recuperará el tiempo lectivo perdido, especialmente en un curso escolar ya marcado por interrupciones previas debido a temporales y otras emergencias. La Consellería de Educación no ha precisado aún si se implementarán medidas para compensar las clases suspendidas, aunque es probable que los centros ajusten sus programaciones en las próximas semanas para garantizar el cumplimiento del currículo.
La Xunta también ha reforzado su llamamiento a limitar los desplazamientos no esenciales, con el objetivo de reducir el consumo de combustible en un momento en que los recursos energéticos son críticos. Esta recomendación se suma a otras medidas adoptadas, como la suspensión de citas médicas programadas y la cancelación de actividades deportivas, que buscan aliviar la presión sobre los servicios públicos y garantizar la atención a las necesidades prioritarias.