La noche del 28 al 29 de abril, marcada por un apagón masivo que dejó a gran parte de Galicia sin suministro eléctrico, transcurrió en la provincia de Pontevedra con una «absoluta normalidad» gracias a un despliegue policial sin precedentes. Así lo ha valorado Abel Losada, subdelegado del Gobierno en Pontevedra, en una declaración pública en la que destacó la movilización de 91 patrullas de la Guardia Civil y la Policía Nacional, un operativo que permitió garantizar la seguridad ciudadana en un contexto de incertidumbre. Losada también elogió el comportamiento «ejemplar» de la ciudadanía y el apoyo clave de los radioaficionados de la Red de Emergencias (REMER) ante la caída de las comunicaciones.
Un operativo policial histórico para una noche crítica
El subdelegado del Gobierno subrayó la magnitud del dispositivo de seguridad desplegado durante la noche del apagón, calificándolo como «sin precedentes». La Guardia Civil movilizó 60 patrullas, con los puentes luminosos encendidos, reforzadas por la Unidad de Seguridad Ciudadana y los Grupos Rurales de Seguridad, lo que permitió cubrir tanto las zonas urbanas como las rurales de la provincia. Por su parte, la Policía Nacional aportó 31 patrullas, distribuidas principalmente en Vigo (19), Pontevedra (6), Marín (2), Vilagarcía (2) y con apoyo de la unidad adscrita de la Xunta de Galicia.
«Este gran despliegue, con los puentes luminosos encendidos, garantizó la seguridad en centros urbanos, rurales, polígonos industriales y zonas comerciales», afirmó Losada, destacando el compromiso de los mandos y agentes de ambos cuerpos, muchos de los cuales se incorporaron voluntariamente para reforzar el operativo. La presencia policial, visible y constante, contribuyó a disuadir posibles incidentes y a transmitir tranquilidad a la población en un momento de incertidumbre.
Incidencias mínimas en un contexto adverso
A pesar de las dificultades derivadas del apagón, el balance de incidencias en la provincia fue notablemente bajo. Según Losada, solo se registraron dos sucesos relevantes: el incendio de dos vehículos en la calle Luxemburgo de Monteporreiro (Pontevedra), cuya causa está siendo investigada por la Policía Científica, y el incendio de cuatro contenedores de basura en Mogón (Marín), posiblemente relacionado con un sospechoso habitual. En Vigo, Vilagarcía y el resto de la provincia, la situación se mantuvo en «absoluta normalidad», con una incidencia delictiva incluso inferior a la de un día corriente.
Además de la vigilancia, las fuerzas de seguridad realizaron una veintena de servicios de auxilio a la población, incluyendo rescates en ascensores, asistencia en accidentes domésticos, apoyo para subir escaleras y una reanimación cardiopulmonar en Vigo. Estos esfuerzos reflejan la versatilidad del dispositivo, que no solo se centró en la prevención de delitos, sino también en la atención directa a las necesidades de la ciudadanía.
La caída de las comunicaciones y el papel crucial de REMER
Uno de los mayores desafíos de la noche fue la interrupción de las comunicaciones, agravada por el agotamiento de las baterías de la red de transmisiones, que depende en gran medida de la telefonía móvil. Incluso el servicio de emergencias 112 quedó inoperativo temporalmente, aunque se recuperó horas después. En este contexto, los 50 radioaficionados voluntarios de la Red de Emergencias (REMER) desempeñaron un papel fundamental al proporcionar soporte VHF desde las 21:00 horas.
Gracias a REMER, se mantuvo el enlace entre la comandancia de la Guardia Civil, 21 cuarteles y puestos, el aeropuerto de Peinador y el 112. «Durante un largo periodo de tiempo, fueron las únicas telecomunicaciones viables», señaló Losada, quien expresó su reconocimiento a estos voluntarios por su labor en un momento crítico. Hasta primera hora de la mañana, REMER seguía ofreciendo cobertura en Lalín, mientras que en el resto de la provincia las comunicaciones se habían normalizado.
Infraestructuras viarias y suministro de combustible
El subdelegado también destacó la operatividad de la red de carreteras durante la crisis. Todos los túneles de la provincia, incluidos los de Folgoso, Valladares, y los de la AP-9 (A Madroa, Candeán y Teis), funcionaron correctamente, algunos con grupos electrógenos. El túnel urbano de Bouzas, en Vigo, permaneció abierto hasta las 23:55 horas, cuando tuvo que cerrarse temporalmente por la imposibilidad de mantener las bombas de servicio, pero la normalidad se restableció a las 6:00 de la mañana. No se registraron accidentes de tráfico significativos.
En cuanto al suministro de combustible, la coordinación entre la Policía Nacional y la Guardia Civil garantizó que los servicios de emergencia, como los sanitarios, no sufrieran problemas de desabastecimiento. Esta previsión fue clave para mantener la operatividad de los servicios esenciales durante la crisis.
Coordinación institucional y apoyo militar
El dispositivo de seguridad se complementó con una sólida coordinación institucional. La Subdelegación del Gobierno organizó dos reuniones del comité de crisis: una a las 16:30 horas en su sede y otra a las 22:00 horas en la comandancia de la Guardia Civil, con la participación de todas las fuerzas de seguridad y medios militares. Aunque no fue necesario movilizar efectivos de la base General Morillo (Brilat) ni de la Escuela Naval, ambos ofrecieron apoyo logístico. El delegado de Defensa también se sumó a las reuniones, reforzando la respuesta conjunta.
El delegado del Gobierno, Pedro Blanco, asumió la coordinación general tras la declaración del nivel 3 de emergencia, trabajando en colaboración con los servicios de emergencias de la Xunta de Galicia. Esta integración de esfuerzos permitió suplir las limitaciones derivadas de la caída de las telecomunicaciones con medidas alternativas.
Un ejemplo de civismo en tiempos de crisis
Abel Losada cerró su valoración con un reconocimiento al comportamiento de la ciudadanía de Pontevedra, a la que calificó de «ejemplar». «Ha vuelto a demostrarse que somos una sociedad madura de ciudadanos y ciudadanas formados, que dan un ejemplo al mundo en un momento de crisis», afirmó. La ausencia de incidentes de orden público y la colaboración de la población fueron determinantes para el éxito del operativo.
La noche del apagón, lejos de convertirse en un escenario de caos, se convirtió en una demostración de la capacidad de respuesta de las instituciones y de la resiliencia de la sociedad pontevedresa. Mientras la provincia recupera progresivamente la normalidad, las palabras de Losada reflejan un mensaje de confianza en la preparación y el compromiso colectivo ante futuras emergencias.