En la provincia de Pontevedra hubo 24 víctimas mortales, casi las mismas que en A Coruña y Ourense, con 24 y 22, respectivamente. Las 16 restantes, en viales de Lugo
El balance de Seguridad Vial en Galicia de 2023 arroja resultados prácticamente idénticos a los registrados en los dos años anteriores, con 88 fallecidos en las carreteras gallegas frente a los 90 de 2022 y los 88 de 2021.
Una vez más, se confirma que son las carreteras convencionales las más peligrosas, con 79 fallecidos frente a los 9 registrados en autovías y autopistas. Uno de cada tres no llevaba puesto el cinturón de seguridad y más de la mitad de los accidentes mortales fueron por salidas de vía.
En 2023, la estadística se ha igualado en lo que respecta a las provincias y la cifra sigue prácticamente igual en los últimos años, con la excepción de 2020, correspondiente a la pandemia de Covid, en el que la menor movilidad en las carreteras se tradujo en un moderado descenso en el número de fallecidos, con 70 frente a los 90 de los demás periodos.
Las únicas alteraciones se registran en el número de víctimas según la provincia, ya que el año 2022 era A Coruña la que lideraba este negro ranking, con 43 fallecidos frente a los 18 de Pontevedra, 17 de Lugo y 12 de Ourense.
En cuanto al motivo del siniestro, la salida de vida es la que más víctimas mortales contabiliza, con más de la mitad del total (49). A distancia, le siguen en el listado los atropellos mortales, con 13 y las colisiones frontales, con 9 fallecidos el año pasado. Completan la relación las colisiones laterales (6) y las traseras o múltiples (4).
En el balance, cabe destacar el significativo aumento de víctimas mortales pertenecientes a colectivos vulnerables, con un total de 32, de los cuales 15 eran peatones, 15 motociclistas y 2 ciclistas.
La franjas de edad que más han aumentado la mortalidad fueron la de 65 a 74 años, con 14 fallecidos; de 15 a 24 años, con 12 y de 55 a 64, con 14 fallecidos.
Por último, el informe indica que de los 88 fallecidos, 69 eran hombres y 19 mujeres y que uno de cada tres ocupantes de turismo que perdieron la vida no llevaban puesto el cinturón de seguridad. En concreto, 16.