Más de un millar de rayos cayeron sobre Galicia entre la tarde del viernes y la madrugada de este sábado en una noche inolvidable para los aficionados a los fenómenos astronómicos ya que algunos privilegiados pudieron contemplar, además, la aurora boreal, que se dejó ver en toda Europa.
En el interior de Galicia se superaron una jornada más los 30 grados en numerosos municipios. Con 32,7ºC, el municipio ourensano de Leiro batió el récord gallego de temperatura y también de lluvias tras registrar 20,2 litros por metro cuadrado en apenas unos minutos.
La intensidad de las lluvias fue tal que sorprendió a muchos conductores a última hora de la tarde en plena autovía entre Vigo y Ourense, teniendo que parar los vehículos ante el inesperado aguacero.
También algunas gotas cayeron en algunos puntos de Vigo pasadas las nueve y media de la tarde-noche, que sorprendieron a quienes disfrutaban de paseos y de las veraniegas temperaturas en las terrazas, pero fueron de escasa importancia. La máxima que registró la estación de Meteogalicia en O Castro fue de 23,9 grados aunque la sensación térmica fue mayor durante toda la jornada en la que se volvieron a llenar las playas.
Fue la típica tormenta de verano apenas comenzado el mes de mayo, que a partir de las cuatro de la tarde dejó cientos de rayos, sobre todo en el interior de la comunidad. En total, 962 en la jornada del viernes y 102 en la madrugada de este sábado.
Menos típica fue la presencia de la aurora boreal, que algunos privilegiados pudieron contemplar a simple vista, mientras que otros tuvieron que echar mano de las nuevas tecnologías para captar –a larga exposición– los colores de un fenómeno habitual en los países nórdicos pero totalmente inusual en estas latitudes.
Una tormenta solar extrema ha provocado que en prácticamente toda Europa fuese posible disfrutar de una aurora boreal de tonos rosados y fueron muchos los que lo atestiguaron, dejando fotografías fascinantes en las redes sociales.
El fenómeno no se producía desde 2005 y, dada su magnitud, se pidió a operadores de satélites, aerolíneas y a encargados de redes eléctricas tomar precauciones ante posibles perturbaciones por cambios en el campo magnético de la Tierra.
La NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de los EE.UU.) clasificó como G4 la intensidad de esta tormenta geomagnética en la escala G, que mide hasta G5, siendo G5 la máxima intensidad.
El de este viernes fue el primer impacto producido por la ola y se prevé que la tormenta solar impacte sobre la Terra hasta este domingo, 12 de mayo, por lo que –aunque hay muy pocas posibilidades – todavía existe alguna probabilidad de volver a disfrutar de una de las grandes maravillas de la naturaleza, si las nubes y la contaminación lumínica lo permiten.