La Illa de Tambo, en la ría de Pontevedra, ofrece un viaje al pasado entre ruinas militares, lazaretos y leyendas. Navegamos desde Combarro con Mar de Ons para explorar este enclave natural con playas vírgenes y misterios por descubrir.
Combarro es una pequeña localidad de la Ría de Pontevedra que gracias a su singular arquitectura, y a multitud de fotos en redes sociales, en los últimos años se ha convertido en lugar de moda. Pero Combarro es mucho más que eso, por ejemplo, punto de partida del barco de Mar de Ons rumbo a la Isla de Tambo.
Illa de Tambo, illa de misterios
Sin duda Tambo, conocida como la isla de los misterios, atesora un rico pasado que se remonta a la época castreña y que descubriremos mientras navegamos entre bateas de mejillones, custodiados por una manada de arroaces que retozaban junto a nuestro barco. Sin duda la primera sorpresa de nuestra visita mientras nos acercábamos a la isla, ansiosos por descubrir sus secretos.
Al desembarcar en Tambo, Anxo, nuestro guía, conocedor profundo de sus tesoros ocultos de la isla, nos condujo por un sendero serpenteante que rodea la isla. La vegetación nos envolvía mientras en el antiguo embarcadero del faro observábamos una pareja de cormoranes secarse al sol.
Faro de Tenlo
Nuestro primer destino fue el faro de Tenlo, una imponente torre de piedra que perdió a su gemelo hace décadas en una noche de tormenta. Construido en 1922, aún conservaba las escaleras exteriores típicas de los faros de antaño, ahora sustituidas por accesos interiores para comodidad del farero. Desde su base la vista, en un día despejado, es imponente: un mar de azul infinito salpicado de pequeñas islas con la costa gallega extendiéndose ante nuestros ojos.
Antes de la llegada al faro hacemos un breve alto en la Praia da Cova, una cala recóndita donde una furna, una cueva marina, despertaba nuestra imaginación.
De vuelta al camino nos topamos con la Capilla de San Miguel, una construcción del siglo XVI que se alzaba sobre un promontorio rocoso. Se dice que fue construida por orden de Martín Sarmiento, el erudito fraile que quedó fascinado por la belleza de la isla convirtiéndola en priorato. Desde allí, regresamos sobre nuestros pasos hacia el lazareto del siglo XIX, un edificio imponente de 100 metros de longitud que durante 13 años albergó a enfermos y marinos en cuarentena. A su lado, el polvorín de Tambo, un vestigio de la época militar que la isla vivió hasta el año 2000.
Leyendas
Las ruinas militares salpican el paisaje hacia el final de nuestra ruta a través de la historia de Tambo. Caminamos entre ellas, sintiendo el peso del tiempo y la huella de aquellos que habitaron la isla en otros tiempos.
La isla de Tambo, como bien dice su nombre, es un lugar de misterios. Entre su vegetación y peñas encontramos un castro sin excavar y posiblemente los restos de un antiguo monasterio del que ya no hallamos vestigios a simple vista. La leyenda envuelve cada rincón de este enclave, invitándonos a imaginar las historias que sus piedras podrían contar.
Nuestro paseo por la Illa de Tambo fue un viaje a través del tiempo donde la naturaleza, la historia y la leyenda se entrelazan. Un oasis de paz en medio del mar, un lugar perfecto para desconectar del mundo y disfrutarlo, a otro ritmo y con otro sonido, desde la tranquilidad de la Praia de Area da Illa.
Consejos para tu visita:
- Reserva tu plaza con antelación: Las visitas a la Isla de Tambo están limitadas a un máximo de 100 personas para preservar el medio ambiente.
- Lleva calzado cómodo: El terreno de la isla es irregular y hay que caminar bastante.
- No te olvides de la protección solar: El sol puede ser intenso, especialmente en verano.
- Respeta el medio ambiente: No tires basura y deja la isla tal y como la encontraste.
Si buscas una experiencia única y enriquecedora, te recomendamos visitar la Illa de Tambo. Os aseguramos que no os arrepentiréis.