«Resulta precipitado y conlleva un riesgo importante para las niñas, los niños, sus familias y el personal de las escuelas infantiles». Así de contundente se ha pronunciado este domingo la Asociación Galega de Escolas Infantís (Agadei), con sede en Vigo, la más antigua de las asociaciones gallegas y la más representativa, con 115 centros.
Y es que los planes del Gobierno central pasan porque las autonomías que entren en la fase 2 (como pronto, el 25 de mayo) podrán contemplar que los alumnos de infantil cuyos padres no puedan teletrabajar vuelvan a las aulas.
En este sentido, el colectivo Agadei rechaza la decisión de tener que abrir sus puertas y explica que las medidas de distanciamiento social son complicadas en los centros. «¿Cómo vamos a seguir haciendo nuestro trabajo? No sólo se trata de cubrir necesidades fisiológicas básicas, si no de dar cariño con un beso al vernos, consolar con un abrazo, calmar con una caricia… es del todo inviable y peligroso», explican en un comunicado.
Por otro lado, apuntan que «no queremos discriminar y diferenciar entre las niñas y los niños que pueden asistir o no a nuestras escuelas, defendemos una educación y atención igualitaria con las mismas garantías de seguridad y asistencia educativa, tal y como se representa en nuestros proyectos educativos».
El colectivo entiende que, una vez completadas las fases y cuando se vuelva a la llamada “nueva normalidad” a finales de junio los contagios serán menores y la vuelta más segura. Así mismo, Agadei se ha ofrecido a participar en la elaboración de protocolos que sirvan para clarificar cómo serán las condiciones de vuelta a la actividad.
«Nos gustaría insistir en nuestra prioridad de la salud frente a la economía, si hemos sido los primeros en cerrar, es lógico que seamos los últimos en abrir por las razones arriba expuestas», concluyen en su comunicado.