El inicio de la campaña coincide con dos factores que se dan en esta semana: el cambio de hora, lo que provoca un aumento de las horas sin luz y la festividad de Santos, que aumenta significativamente el uso peatonal de las carreteras para acudir a cementerios e iglesias. En Galicia la dispersión de la población, su envejecimiento, el entramado viario tan complejo ha propiciado que este tipo de accidente sea característico en esta Comunidad.
El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, recuerda a los peatones la necesidad de portar chalecos reflectantes en sus desplazamientos no solo porque es un requisito legal sino porque es una necesidad vital. El uso del chaleco previene a los conductores de la presencia del peatón de la calzada 150 metros antes de llegar a su altura, lo que ayuda a aminorar la marcha y prevenir el atropello.
Javier Losada apunta que en 2018 fallecieron 14 personas por atropello en las carreteras gallegas (9 peatones fallecidos en vías convencionales y 5 en autopistas o autovías, personas que por algún motivo se encontraban fuera de su vehículo, en el arcén) y que el perfil de los fallecidos es el de una persona mayor de 65 años que viste de oscuro y que se mueve por las vías caminando o cruzando sin ningún tipo de elemento visible, en el convencimiento de que “se les ve”.
Durante las próximas semanas se reforzarán las acciones de concienciación a peatones y también a conductores que abandonen sus vehículos sin chaleco obligatorio. Este refuerzo se apoyará con la entrega de 600 chalecos de alta visibilidad y reflectantes en carretera por parte de los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, a aquellos caminantes, peatones, que se desplacen por las vías sin hacer uso de este tipo de prendas. Asimismo, se entregarán a aquellos conductores que abandonan sus vehículos para hacer alguna gestión o trámite: una entrega o recogida en el caso de los repartidores.
En cuanto a los conductores, se recuerda la obligación de llevar las luces del vehículo encendidas en caso de meteorología adversa, ya que también deben hacerse visibles a los demás usuarios de la vía, y moderar la velocidad en zonas de movimientos de peatones (travesías, senderos, zonas con casas, etc).