Pocas explosiones tan rotundas en la Liga española 2022-23 como la de Gabri Veiga. El de Porriño, a base de goles, asistencias y jugadas de ensueño impropias de los 20 años que figuran en su DNI, se ha puesto el Celta de Vigo por montera y forma, junto a Iago Aspas, una de las parejas de la temporada. Una irrupción de futbolista superior, muy al estilo de Sergio Canales cuando deslumbró en el Racing antes de dar el salto al Real Madrid. Un camino que bien podría seguir Gabri Veiga. O la Premier. O el Atleti. En un año, Gabri Veiga se ha ganado el derecho a prácticamente elegir cuál será su siguiente paso.
Desde que comenzó a regalar ‘highlights’, los grandes clubes de Europa comenzaron a fijarse en él y los principales medios deportivos se hacían eco del interés creciente en hacerse con Gabri. Su cláusula de rescisión, de 40 millones de euros, le convierte, además, en una pieza aún más apetecible. Una cantidad elevada, pero muy ajustada a los montantes que se desembolsan hoy en día por futbolistas de talento incipiente. Gabri Veiga lo es y su explosión es su mejor carta de presentación. De hecho, su nombre no tardará en aparecer en las principales casas de apuestas, en los mercados referidos no solo a apuestas en directo durante los distintos partidos o en vaticinios de goleadores o asistentes a lo largo de los encuentros, sino también como una de las figuras del próximo mercado de fichajes.
En el Celta, hasta que esa salida se produzca, le disfrutan. En el conjunto olívico su progresión ha sido fulgurante. En la 2020-21 ya disputó seis partidos con el primer equipo, mientras que en la 2021-22 fueron diez (repartidos entre Liga —siete— y Copa del Rey —tres—). No obstante, ha sido la 2022-23 la de su trampolín al estrellato, siendo incluso el mejor jugador del campeonato en febrero. Primero con el ‘Chacho’ Coudet y después con Carlos Carvalhal se ha ganado un hueco en el once. Más adelantado en los esquemas del argentino y retrasado en un planteamiento más protegido del portugués.
Con la Eurocopa en el horizonte
No obstante, aparecer en la sala de máquinas y no en la línea de mediapuntas no le ha restado un ápice de su mayor característica, la llegada a gol. Y es que es ese precisamente su mayor valor, su verticalidad y facilidad para ver puerta a pesar de tratarse de un centrocampista. Con una diestra prodigiosa, el golpeo de Gabri Veiga le permite generar ocasiones con suma facilidad; ya sea con disparos lejanos o aprovechando su precisión y despliegue físico desde posiciones más próximas al arco rival, donde define con la soltura de un atacante.
El tamaño de su explosión es tal que, de mantener su progresión el rumbo actual, no sería de extrañar que formase parte de la lista de Luis de la Fuente para la Eurocopa de 2024. Es más, de seguir en la tónica actual, la sorpresa sería lo contrario. Muchos clubes se frotan las manos pensando en contar con Gabri Veiga el curso venidero. Pero es el Celta el que exprime y se aprovecha en estos momentos de la gran aparición de la temporada en la Liga española.
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