Los catorce integrantes del equipo de estudiantes de Ingeniería Industrial hicieron la presentación en sociedad de su prototipo, bautizado como UM15 y que han logrado construir tras la colaboración de numerosas instituciones y empresas, que han cedido buena parte de los materiales con los que han construido el vehículo.
Diseñado y fabricado por ellos mismos, también será pilotado por cinco de los integrantes del equipo en las tres pruebas en las que competirán en Inglaterra, Alemania y España. Para asegurar que el que influye en el resultado final es el coche y no el piloto la organización obliga a que sean cinco pilotos diferentes en cada prueba. Al circuito de Silverstone, de hecho, se desplazarán doce de los integrantes del equipo ya la próxima semana y competirán allí del 9 al 12 de julio. Del 28 de julio al 2 de agosto tocará Hockenheimring y la última prueba, del 27 al 30 de agosto, será en Montmeló.
No se trata de pruebas de velocidad sino que el jurado valora tanto las pruebas estáticas como el plan de viabilidad ya que se trata de que los estudiantes pongan en marcha una empresa viable. Por supuesto, se valorarán también las características dinámicas como la aceleración, el sprint, la estabilidad o la seguridad. Se trata, como resumió uno de los integrantes del equipo, Marcos Fernández, «de una competición de ingeniería en la que se busca un coche con unas buenas prestaciones y un precio redudico y tuvemos que trabajar en un escenario hipotético en el que fabricamos mil unidades». La velocidad máxima del monoplaza es de 140 kilómetros por hora y confían que en cuanto a la aceleración el cambio corto permita pasar de 0 a 75 metros en 4 segundos.
Rodeados de apoyos
La ilusión de los jóvenes fue compartida por numerosos representantes de la Universidad de Vigo y de otras instituciones de la ciudad como el Concello a través del alcalde o Zona Franca, con su delegada en el acto. Esta última, Teresa Pedrosa, subrayó la importancia que tiene el apoyo al talento y a la investigación «porque ambos son la base del emprendimiento y del nacimiento de empresas con éxito». Por ello, Zona Franca patrocina este proyecto.
Por su parte, Abel Caballero definió el proyecto como la «crónica de un éxito anunciado» y aprovechó para criticar la falta de apoyo por parte de otras instituciones prometiendo a los estudiantes que «a partir del día 13 de julio tendrán también el apoyo de la Diputación» tras la previsible toma de posesión de Carmela Silva como presidenta del ente provincial. «Este coche es el resultado del esfuerzo de una escuela, de sus estudiantes y profesores en la ciudad del automóvil», remarcó Caballero, que también felicitó a la Universidad por «avanzar con pasos de gigante y medirse ya con las mejores de España y de Europa».
Junto a ellos, la vicerrectora de Estudiantes, Dolores González, el presidente del Consello Social, Ernesto Pedrosa, el director de la Escuela, Juan Pou, profesores del centro, la subdirectora Ana Mejías y graduados del centro que actualmente están vinculados a empresas dedicadas al automovilismo de altas prestaciones y que colaboraron con los jóvenes. Además, patrocinadores, compañeros, familiares y amigos.
Una aventura que comenzó hace dos años
Del proceso, que comenzó hace ya dos años con el objetivo de llegar hasta el momento actual, Fernández admite que lo más complicado fue arrancar y «conseguir que la gente creyese en nosotros». A partir de ahí, mucho trabajo y pocas horas de sueño hasta ver hecho realidad su prototipo, que este jueves por la tarde estrenaron en el campus.
La competión es el mayor escaparate de la formación en ingeniería a nivel mundial y en ésta compiten cien universidades de todo el mundo. De ellas, diez son de España y entre ellos, el UVigo Motorsport es el único que tiene un coche de Formula Student y que competirá en las tres carreras. Gonzalo Ferreiro, responsable de Marketing y Comunicación, remarcó que «es una apuesta arriesgada pero tenemos el nivel para hacer un buen papel y poner a la Universidad de Vigo y a Galicia a la altura de la ingeniería mundial, la oportunidad de demostrar que no solo se hace ingeniería en Alemania, aquí también se puede crear, innovar e investigar».
Un coche de 28.000 euros frente a otros de 500.000
El equipo manejó en este proyecto un presupuesto de 60.000 euros de los que 28.000 fueron para el monoplaza y el resto serán para desplazamientos del vehículo y del equipo para las pruebas. Frente a ellos, equipos ya expertos con presupuestos de 1,2 millones de euros y coches de medio millón. Por ello, asumen que las competiciones serán duras pero «somos exigentes y queremos competir y dar una buena imagen».
Basada en un proyecto formativo interdepartamental iniciado en el Reino Unido en 1998, más de cien universidades de todo el mundo se dan cita anualmente en cada uno de los circuitos europeos que acogen este evento. Ello supone aceptar el reto de diseñar y construir un coche de altas prestaciones, para superar las diferentes pruebas estáticas y dinámicas que pongan de manifiesto la adquisición de conocimientos técnicos y la capacidad innovadora de cada equipo.