El médico vigués Tomás Camacho ha logrado su objetivo después de siete años de trabajo: el microscopio Leeuwenhoek ya es oficialmente un bien de interés cultural (BIC). «Nos ha producido muchísima satisfacción tanto a mi esposa como a mí, la idea es que se quede en un museo de forma permanente en nuestro país, se está estudiando donde, pero nos gustaría que se quedase en nuestro entorno cercano, en Galicia», aseguró Camacho.
La declaración de BIC es la culminación de un proceso que comenzó en 2014 con el inicio de la autentificación de una pieza compatible con la autoría del padre de la microbiología y parasitología, Antony van Leeuwenhoek. Se trata de uno de los diez microscopios que existen en la actualidad y la identificación la llevó a cabo uno de los mayores expertos del mundo en Leeuwenhoek.
A través del departamento de Física de la Universidad de Cambridge se pudo confirmar su autenticidad y posteriormente se publicó en «Nature». A partir de ahí, en 2019, la Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura inició el proceso de BIC que ha culminado el pasado viernes con la aprobación por parte del Consello da Xunta de Galicia.
Viaje por museos de todo el mundo
«Esta pieza es patrimonio del país y de todos los españoles, ha estado durante todos estos años expuesto en museos y viajando por todo el mundo», explica Camacho. A día de hoy, el microscopio se encuentra en el Museo de Ciencias Naturales de Madrid, en la exposición «Microbiología, explorando más allá de lo visible». Ya ha estado antes en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, en el Museo de Historia Natural de Santiago y en el Museo de Arte Contemporánea de Vigo. Antes, estuvo en París, cuando se inauguró el año internacional de la luz en la sede de la Unesco; varias veces en la Royal Society, en la entrega del premio Antony van Leeuwenhoek, que se hace cada dos años, y en Moscú, Whashington y Nueva York.
Bajo el lodo de un canal
El microscopio fue descubierto en el año 2014 en el dragado de lodos de un canal de la ciudad de Delft donde el científico vivió toda su vida y fue adquirido posteriormente por su actual propietario. Tomás Camacho logró su adquisición por medio de una plataforma digital a un vendedor de antigüedades que lo ofrecía como parte de un lote de instrumentos de pintura. Una vez que lo tuvo en su poder, se inició el proceso de autenticación.
Este ejemplar es el único microscopio original de Leeuwenhoek que se conoce en España, de los nueve que se conservan en todo el mundo y de los más de 500 que se cree que llegó a construir. Es el hermano gemelo del que existe en el Museo Boerhaave de Leiden, bien que tiene un aumento mayor y, como aquel, presenta una característica única: tres agujeros en el tornillo. El resto de los microscopios se localizan fundamentalmente en el país de origen del naturalista, cuyas investigaciones se consideran el origen de la microbiología y el desarrollo del microscopio.