Una fusión única de arte y ciencia ha llevado a la artista visual Elena Alonso a bordo del «Falkor Too». Es parte de una campaña promovida por el Schmidt Ocean Institute en las remotas islas Galápagos en la que se estudian a las profundidades del océano.
Nacida en Vigo en 1986 y actual residente en Berlín desde 2011, Alonso no solo ha conquistado el mundo del arte con su enfoque innovador, sino que también se ha sumergido en las aguas de uno de los océanos más desconocidos de la Tierra para inspirarse.
Elena Alonso, graduada del programa de maestría Art in Context de la UdK en Berlín, ha llevado su arte a lugares tan diversos como Teherán, Helsinki y La Habana. La artista explora el potencial contemporáneo del retrato, desenterrando biografías desconocidas, creando imágenes y narrativas alternativas, y estableciendo plataformas para la libre expresión a través del arte.
En esta expedición multidisciplinaria, no solo busca entender y apreciar la labor de los científicos marinos que exploran las fumarolas submarinas, sino que también se propone dar voz a la naturaleza. Su arte no solo es un reflejo de su creatividad, sino también un medio para concientizar a la sociedad sobre la necesidad apremiante de conservar los ecosistemas marinos. Desde las profundidades del océano hasta los lienzos de Berlín, Elena Alonso demuestra que el arte puede ser una poderosa herramienta para la conexión entre la ciencia y la sociedad.
-Pregunta: Decía Burning eso de “que hace una chica como tú en un sitio como este?”, creo que la primera pregunta es lógica ¿qué hace una artista visual en un buque oceanográfico?
-Respuesta: Jajaja, aunque pueda resultar extraño, investigar. Investigamos sobre el fondo marino y las fumarolas que son el foco de la investigación científica del proyecto y de mi investigación como artística. Este proyecto me llega de la mano de Schmidt Ocean Institute, una organización que nace con la intención de proteger los ecosistemas marinos y el océano. Esta organización siempre invita a un artista en sus navegaciones y proyectos y yo he tenido la suerte de ser la escogida.
Puede parecer chocante pero yo trabajo sobre los ecosistemas marinos y ya he trabajado con anterioridad con científicos, mi último proyecto fue sobre una alga, la laminaria, que se encuentra en la costa de Vigo, por lo tanto, estar aquí tiene todo el sentido. Trabajar mano a mano con los científicos del Falkor (Too) me da acceso a todos los datos que se recopilan.
Para mí este viaje marca el inicio de un nuevo proyecto, aún por definir, pero del que me estoy documentando con multitud de datos, recursos y material.
–Tu propuesta artística pone el foco sobre las algas. A Berlín llegabas con una exposición que hablaba sobre los bosques de laminaria ochroleuca del litoral gallego que poco a poco están desapareciendo ¿Crees que el arte puede influir en un cambio social?
-Yo creo que el arte tiene un papel fundamental en el cambio social. Hoy en día todos sabemos que estamos viviendo una crisis climática y que el océano vive una situación de pérdida de diversidad y con muchos sistemas marinos están siendo amenazados; vivimos un momento de la historia crucial para la conservación marina.
Por ejemplo, la minería de profundidad es una actividad en alza, con ella se ponen en peligro ecosistemas no investigados con lo que ello supone. Ecosistemas que no hemos llegado a conocer por falta de tecnología y que ahora están amenazados. Sin duda la ciencia, el descubrimiento, es estos casos es fundamental pero sí, el arte es crucial. La labor científica es lo primero, sin duda, pero el arte es un gran vehículo para que estos datos lleguen al público general.
Plantéate, ¿cuánta gente puede leer un paper? ¿o una publicación científica? A través del arte todas estas investigaciones pueden llegar a un conocimiento general. Es otra manera de tocar conciencias, de removerlas. Es necesario y un buen recurso.
-En diversas entrevistas cuentas que para ti el arte es un vehículo de comunicación entre diferentes comunidades, teniendo en cuenta que la sensibilidad de cada persona es única ¿qué te gustaría trasmitir a quien se coloca frente a tu obra?
-Depende del proyecto. Por ejemplo, “Portrait of a Kelp Forest”, como hablamos antes, tiene como foco la riqueza de la Ría de Vigo. En múltiples ocasiones hablamos de su belleza, de sus playas, de su pescado y sus productos pero olvidamos algo que, para mí, es muy importante: de dónde proviene y por qué sucede. Por ello decidí dar valor a un elemento humilde, la laminaria, un elemento que está desapareciendo, al que no se le da valor y del que se sabe muy poco. A veces, vemos algas en la playa y decimos “está sucia” pero no es así, detrás de esas algas hay todo un mundo, un ecosistema y es fundamental protegerlo.
Yo, con mi obra, intento retratar ese ecosistema; que va mucho más allá de lo que parece a primera vista: científicos, comunidades costeras, pescadores, recolectores… personas que cada día, sea el día que sea, está en el mar formando parte de ese universo, el cual también se compone de otros personajes humanos pero también no humanos, como por ejemplo, las algas. Así intento dar cabida a todas las opiniones, necesidades e intereses que, en muchos casos, colapsan entre ellos. Quiero mostrar esa complejidad sin juicio y desde el respeto dejando así que sea el espectador quién reflexiones sobre su posición frente lo que ver.
Un cuadro debe funcionar como un cuadro, y no debe ser responsable de toda la narrativa del proyecto, por eso utilizo diferentes medios que acompañen a la pintura y estén en diálogo con ella.
-En tu exposición en Gr_und, tu idea era que el alga estuviese sobre la opinión de las personas ¿Podrías explicarnos brevemente cómo tratas de conseguir ese efecto?
-Para Portrait of a Kelp Forest buceé con biólogos y recolectores de algas, navegué con pescadores y entrevisté a varios expertos marinos, documentando todas estas experiencias y narrativas personales en vídeo. Fue un proceso desembocó en un serie de pinturas en las que las propias algas son las protagonistas. Pero que va más allá de ser simples objetos de observación ya que, durante esos dos meses de investigación registré los movimientos de las algas con ayuda de un sensor submarino, usando la codificación creativa generé animaciones determinadas directamente por los movimientos de las algas que ahora se pueden ver en realidad aumentada a través de un dispositivo móvil cuando te colocas ante las pinturas.
Se podría decir que, de algún modo, el alga es coautora de este proyecto. Es lo que te comentaba antes, en mi obra intento dar cabida a todos los personajes que nos encontramos formando parte de estos ecosistemas.
-Tanto en tus anteriores proyectos, “¡Ay mija, no es fácil!” o “Portrait of a Kelp Forest”, el color juega un papel fundamental en tu trabajo. Ahora vives en un barco rodeado de agua ¿cómo influye esto en tu uso de colores?
-Pues es una gran pregunta a la que todavía no puedo responder. La pintura me lleva mucho tiempo y pretendo seguir desarrollándome durante los meses posteriores a la llegada a mi estudio de Berlín aunque es cierto que me va a afectar el hecho de estar aquí.
A diferencia de la mayoría de los pintores, yo hago mucho trabajo de campo, lo cual no es habitual. Así que sí, soy consciente que tantas horas de buceo o las horas frente al ROV influirán en mis colores. De hecho en el barco estoy pintando y ya puedo ver esa influencia pero como te digo, hasta que llegue a mi estudio, y me encierre en él, no seré consciente de cuánto ha influido.
-¿Cómo es tu día a día en el Falkor Too?
– Maravilloso. Es que no hay otra palabra para definirlo. Estar aquí es maravilloso, estoy feliz. Llegaba con las expectativas muy altas pero te puedo asegurar que se han quedado cortas ¡muy cortas!
Suena idílico pero el barco se renovó en Vigo y desde allí zarpó hacia el Pacíficio. Así que la tripulación se pasó casi un mes en la ciudad, en mi ciudad. Es una maravilla, todo lo que te pueda contar se queda corto. Nos podríamos centrar en la parte científica y te podría decir que es uno de los buques más avanzados del momento pero es mucho más que eso. El Falkor (too) es un lugar idílico: practico yoga por las mañana en una cubierta con vistas al mar, las salas comunes son geniales, en ellas suceden mil cosas porque somos personas muy diferentes, con perspectivas muy diferentes, pero con un punto de unión muy grande y fuerte ¡La crew del barco es genial!
Los buceos son largos, a veces el ROV bucea durante 26 ó 30 horas, eso hace que los horarios estén muy poco regulados, cada día es diferente. Eso lo vuelve todo muy intenso pero a la vez es genial. Ya te digo, estoy flipando.
-Elena, naces en Vigo, estudias en Salamanca, Helsinki, Barcelona, tu obra te llevó a Berlín o a exponer en Teherán y ahora te encuentras investigando en las Islas Galápagos ¿Cúal es la siguiente estación?
-Todavía es muy pronto para saber cuál será el próximo proyecto. Pero sí te puedo contar que haré cuando desembarque: visitaré la costa de Galápagos invitada por la Fundacion Charles Darwin.
Mi idea es, durante un mes, trabajar con la gente local, como sucedió en Vigo: con pescadores, científicos, recolectores… investigar y dialogar para tomar una perspectiva que me permita unir los fondos marinos que ahora estoy investigando (y descubriendo) con los ecosistemas de costa.
-Hablando de estaciones y paradas, ¿te has planteado traer Portrait of a Kelp Forest a Vigo?
-¡Nada me gustaría más! De hecho estoy luchando por llevarla a Vigo pero de momento no hemos conseguido los apoyos necesarios. Pero sí, me encantaría.