Investigadores del Instituto Español de Oceanografía han encontrado microplásticos en el estómago del 78% de los peces de especies comunes del noroeste ibérico. Un estudio recién publicado en la revista Marine Pollution Bulletin encontró microplásticos en las cuatro especies analizadas de la plataforma continental: sardina, anchoa, salmonete y dragoncillo.
El informe, coliderado por los investigadores Jesús Gago del Centro Oceanográfico de Vigo e Izaskun Preciado del Centro Oceanográfico de Santander junto a la participación de Ana Virginia Filgueiras (Vigo) y Ana Cartón (Santander), ha evaluado la incidencia de microplásticos en el contenido del tracto digestivo de cuatro especies de peces muy habituales en nuestras aguas.
Se ha estudiado el contenido estomacal de 64 individuos de las cuatro especies de peces seleccionadas, aislando 100 microplásticos: 25 en anchoas, 23 en sardinas, 14 en salmonetes y 38 en dragoncillos. Se han identificado dos tipos de microplásticos: fibras (88%) y fragmentos (12%), siendo los colores más abundantes el transparente en anchoa y sardina, y el azul en salmonete y dragoncillo. Todas las especies presentaban microplásticos en porcentajes que varían del 60 % para el salmonete al 87% para la anchoa y la sardina. El polietileno y el polipropileno fueron los polímeros más abundantes, tal y como era de esperar debido a que son dos de los más utilizados en todo el mundo principalmente como material de embalaje.
La dieta de las especies es un factor determinante en la transmisión de muchos contaminantes a través de la red trófica por lo que, con el fin de estudiar si en el caso de los microplásticos sucede lo mismo, se analizó el contenido estomacal de 787 peces. Se observaron dos formas de alimentación distinta: planctívoros (peces que se alimentan de plancton) y bentívoros (peces que se alimentan de pequeños organismos del fondo marino). Con la ayuda de modelos aditivos generalizados (GAM), se analizó la influencia del tipo de alimentación junto con otras variables biológicas (longitud del individuo, volumen del contenido estomacal, etc.) en el número y tamaño de microplásticos ingeridos.
Las variables relacionadas con la dieta y las conexiones tróficas no han resultado ser tan relevantes como se pensaba inicialmente. La talla de los individuos y su condición corporal sin embargo son variables significativas que explican los cambios en la cantidad y tamaño de los microplásticos ingeridos. Una posible explicación de este hecho puede ser el alto nivel de microplásticos existentes tanto en la columna de agua como en el fondo marino.