El Covid-19, popularmente conocido como coronavirus, se transmite a un ritmo vertiginoso entre seres humanos a través de las partículas de saliva que se desprenden al hablar, al estornudar o al toser desde una persona infectada. Al mismo tiempo, esas partículas que transmiten el virus quedan sobre las superficies de nuestra piel, de las superficies que están a nuestro alrededor: mesas, cocinas, lavabos, cristales, monedas, billetes… igual da que sean de acero inoxidable como de madera o de plástico.
Cada uno de los materiales ofrece un soporte para la pervivencia del virus, que finalmente llega a morir al cabo de un tiempo que depende de cada tipo de soporte y de la higiene y desinfección que se lleve a cabo.
Estudios científicos concluyen datos concretos sobre la supervivencia del coronavirus en diferentes soportes. Vease, por ejemplo, el trabajo publicado en “The New Ingland Journal of Medicine” y titulado «Aerosol and Surface Stability of SARS-CoV-2 as Compared with SARS-CoV-1”, al que corresponde esta gráfica:
Para entenderlo más fácilmente diremos que el virus permanece activo dependiendo de la superficie:
- Plástico, cerámica y metal: unos cinco días
- Madera y vidrio: unos cuatro días
- Acero: unos dos días
- Látex: no llega a las ocho horas
- Aluminio: menos de ocho horas
Resaltando que la transmisión se ve favorecida por las superficies no porosas. Debemos extremar el cuidado, por lo tanto, con el dinero en efectivo, sobre todo con los billetes, en los que la permanencia del virus es muy alta.