Esta iniciativa forma parte del proyecto C-COOL de la ESA, basado en la creación de distintos laboratorios en países europeos, en los que se experimentarán tecnologías cuánticas desarrolladas por la agencia, ensayando su validez para ser enviadas al espacio, alrededor de seis ámbitos: relojes atómicos –de estroncio y iterbio-, interferometría, computación y comunicación cuántica, así como distribución de referencias de tiempo y frecuencia.
Feijóo y Reigosa coincidieron en calificar esta oportunidad como “única” a nivel nacional e internacional. No en vano, este laboratorio situaría a la comunidad como referente en experimentación e investigación en tecnologías cuánticas y podría convertirse en el germen de un futuro centro de investigación experimental y teórica sobre competencias en estas materias.
Asimismo, y bajo una instalación compartida desde el ámbito público y privado, el laboratorio beneficiaría también a diversos sectores industriales cómo lo de la automoción, el naval, el aeronáutico o el farmacéutico, que demandarán en un futuro profesionales capacitados en estas tecnologías.