Las Islas Cíes, reconocidas como uno de los destinos turísticos más deslumbrantes de Galicia, esconden bajo sus aguas un secreto fascinante: la presencia de ballenas y otros cetáceos que cada vez son más frecuentes en esta zona del Atlántico. Ubicadas dentro del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas, estas aguas ricas en nutrientes se han convertido en un enclave privilegiado para la observación de gigantes marinos como la ballena azul y la ballena común.
Según el doctor Camilo Saavedra, investigador del Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO), el número de avistamientos ha aumentado en los últimos años. “Esto se debe en gran medida a que en 1986 se prohibió la caza de ballenas. En esta zona hubo al menos tres fábricas de procesado, como las de Cangas y Caneliñas, pero tras casi cuarenta años, las poblaciones han ido recuperando su espacio”, señala Saavedra.
Avistamientos recientes
Durante el verano de 2024, se documentaron varios encuentros significativos con cetáceos en las cercanías de las Islas Cíes. Uno de los más destacados ocurrió el 8 de julio, cuando turistas en la Playa de Rodas pudieron observar un grupo de ballenas en aguas cercanas. Otro avistamiento notable tuvo lugar el 28 de julio, cuando un barco de la naviera Mar de Ons detectó dos cetáceos en la Costa da Vela, una zona frecuentada por embarcaciones que conectan las islas con el resto de Galicia.
Estos encuentros no solo emocionan a los visitantes, sino que también aportan valiosa información científica. El doctor Saavedra explica que las ballenas son ahora más fáciles de localizar gracias a tecnologías avanzadas como sonares. «Nosotros no salimos al encuentro de las ballenas al azar, vamos específicamente al avistamiento con equipos que nos permiten dirigirnos a su encuentro y pasar el día estudiándolas», detalla el investigador.
La ciencia tras los avistamientos
La reciente campaña RorquGAL B&B, desarrollada por el IEO en colaboración con la asociación EDMAKTUB, se centra en el estudio multidisciplinar de los rorcuales comunes (Balaenoptera physalus) en las aguas de las Rías Baixas. Esta investigación, enmarcada en el proyecto europeo EMPHATIC, ha permitido avances significativos en la caracterización genética de estos cetáceos mediante el análisis de ADN ambiental.
«Estamos utilizando drones para recoger muestras de microbioma del tracto respiratorio y datos biométricos, lo que nos permitirá comprender mejor la conectividad, los patrones de migración y el estado de salud de estas poblaciones», explica Saavedra. Este enfoque innovador no solo amplía el conocimiento científico, sino que también refuerza la importancia de la conservación de estas especies.
Además de la recuperación de las poblaciones gracias a la prohibición de la caza, el cambio climático también está influyendo en los patrones de migración de los cetáceos. Según Saavedra, algunas especies, como los delfines y arroaces, están cambiando sus comportamientos alimenticios debido a las alteraciones en la disponibilidad de peces. «En cierta medida, las ballenas están haciendo lo mismo. Esto explica pequeñas variaciones en sus migraciones, aunque aún necesitamos más estudios para comprender completamente este fenómeno».
Un tesoro natural para el turismo y la ciencia
Los avistamientos de ballenas en las Islas Cíes no solo representan un atractivo turístico único, sino que también subrayan la importancia de preservar el entorno marino. Estas experiencias inspiran a los visitantes y refuerzan la necesidad de proteger el hábitat de estas especies.
Con la combinación de avances científicos, el aumento de la conciencia ambiental y la belleza incomparable de este enclave gallego, las Islas Cíes se consolidan como un destino imprescindible tanto para los amantes de la naturaleza como para los investigadores que buscan descifrar los misterios de las profundidades oceánicas.
Los recientes videos de una ballena jorobada y el soplo de un cetáceo en aguas cercanas a las Cíes se han viralizado, atrayendo aún más atención hacia este fenómeno. Estos registros no solo capturan la majestuosidad de estos animales, sino que también invitan a reflexionar sobre nuestra relación con el medio marino y la responsabilidad de conservarlo para las generaciones futuras.
Las Islas Cíes no son solo un paraíso terrestre, sino también un refugio para algunas de las criaturas más grandes del planeta, recordándonos que el mar sigue siendo un espacio lleno de vida, misterio y posibilidades infinitas.