En nuestros días, el término metaverso y la sigla NFT (tokens no fungibles) se escuchan y leen continuamente. Esto se debe a que a pesar de las controversias que generan tienen una importancia relevante en diferentes aspectos de la vida cotidiana, comercial, financiera, educativa y del entretenimiento.
Los NFT lograron llamar la atención de los inversores que todavía se preguntan si podrían llegar a ser rentables en un futuro no muy lejano. El auge que tuvieron el año pasado pudo ser aprovechado especialmente por tres sectores: inversor, artístico y de entretenimiento.
El arte a través de NFT
Hasta hace solo algunos años, los artistas que creaban sus obras con herramientas digitales no podían comercializarlas con facilidad. Además, no podían firmarlas ni acreditar que eran los autores.
En la actualidad, existen las obras artísticas NFT con las que se puede confirmar quién es el autor de esa obra y revisar el registro de su historia. Además, existen numerosas galerías de arte que se dedican a la comercialización de NFT Art. Naturalmente, algunos expertos todavía no consideran que los NFT sean creaciones artísticas, pero seguramente estos conceptos evolucionarán.
NFT en el negocio de los deportes
Además de la compra de NFT como un activo de inversión en una plataforma especializada (ver las alternativas disponibles en nft-profit.app/es/), la tecnología NFT está cada vez más presente en los deportes y los eventos relacionados con ellos.
Su llegada supone un fuerte cambio tecnológico en este campo, lo mismo que ha sucedido en los mercados artísticos. Por ejemplo, los tokens no fungibles han modificado la forma de coleccionar objetos relacionados con las diferentes disciplinas deportivas.
¿Los NFT y el metaverso cambiarían nuestras vidas?
El metaverso, X-verso o metamundo se podría definir como un espacio digital (realidad aumenta o virtual) en que se comparte tiempo con otras personas para comprar, educarse, entretenerse y sociabilizar. Además, los metaversos poseen sus propias monedas digitales que pueden ser NFT y una economía propia organizada.
Se cree que en el futuro existirán tantos metaversos como sitios web hay hoy en internet. Quizá una persona pueda invitar a otra a una reunión virtual en su propia oficina y luego disfrutar de un café con sus invitados en otro lugar digital.
En principio, todas estas actividades y muchas otras se realizarán con el uso de anteojos similares a los que se utilizan en la actualidad para experimentar la realidad virtual, pero mucho más cómodos y livianos.
Seguramente, la transición al uso más habitual de los metaversos ha comenzado en el campo del arte y el deporte. Esto se acentuará mucho más para expandirse a otras áreas e industrias.
El metaverso probablemente tarde entre 10 a 20 años en convertirse en una realidad cotidiana en la que se harán reuniones virtuales de trabajo y sus participantes estén vestidos con atuendos muy formales cuando, en realidad, estén usando un pijama en sus hogares. La ropa virtual ya es mucho más que un proyecto.
La nueva vida de los consumidores
En menos de 20 años, se cree que alrededor del 25% de las personas en el mundo pasarán al menos una hora al día en el metaverso realizando algunas actividades como sociabilizar, trabajar y comprar.
Además, habrá nuevas carreras educativas relacionadas con el desarrollo de los metamundos virtuales y muchos más puestos de trabajos disponibles en todos los sectores conectados con este tema.
Las empresas y marcas tendrán la posibilidad de ofrecer una forma de comprar totalmente diferente, no solo por el momento de la compra en el metaverso, sino también por los productos que serán virtuales.
Cada vez más marcas importantes se suman a la colaboración con empresas tecnológicas (por ejemplo, el metaverso de Roblox) para desarrollar colecciones en el metaverso, también invitan a diseñadores independientes a probar el nuevo sistema creativo y comercial de la virtualidad.