El año 2024 ha registrado un número alarmante de varamientos de animales marinos en las costas gallegas. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (CEMMA), entidad encargada de la gestión de la Rede de Varamentos de Galicia (REVARGAL), ha concluido la revisión de los registros del pasado año, constatando un total de 689 ejemplares varados. Esta cifra, similar a la de 2023 (697 varamientos), duplica con creces la media anual de 270 ejemplares registrada entre 1990 y 2022, evidenciando un preocupante incremento.
Casi el 90% de los varamientos corresponden a cetáceos
Del total de varamientos registrados en 2024, la gran mayoría, un 89%, corresponde a cetáceos (614 ejemplares). El resto se distribuye entre pinnípedos (6), tortugas marinas (32), quenllas (23) y nutrias (14). Además, se registraron 17 peces de diferentes especies, como atún, pez espada y pez luna, que no se incluyen en el cómputo total. La mayor concentración de varamientos (69%) se localizó en la costa al sur de Fisterra, mientras que el 31% restante se registró al norte.
El delfín común, la especie más afectada
El delfín común (Delphinus delphis) ha sido la especie más afectada, representando el 74% de los cetáceos varados (455 individuos). Esta cifra quintuplica la media anterior a 2022 y muestra un incremento similar al registrado en 2023. El arroaz (Tursiops truncatus) también ha experimentado un aumento significativo, casi triplicando la media anual con 46 ejemplares (8% de los cetáceos). En contraste, otras especies relativamente frecuentes en el pasado, como el calderón (Globicephala melas) y el calderón gris (Grampus griseus), han sido registradas con muy baja frecuencia, menos del 1%. Un 9% de los ejemplares no pudieron ser identificados debido a su estado de descomposición o a la imposibilidad de examinarlos.
Aumento en el varamiento de tortugas marinas
En 2024 destacó el alto número de tortugas marinas registradas, especialmente la tortuga común. Diez de estos animales tuvieron que ser trasladados a centros de rehabilitación, y ocho de ellos ya han sido liberados. Además, se completó la rehabilitación de otras cinco tortugas que habían ingresado en 2023. Esta situación se ha observado también en otras zonas del norte del Cantábrico.
Capturas accidentales y cambios en el ecosistema marino
La mayoría de los cetáceos aparecieron varados muertos, muchos de ellos en avanzado estado de descomposición, lo que dificulta determinar la causa de la muerte. Sin embargo, en los ejemplares que pudieron ser valorados, más del 30% presentaban indicios de muerte por captura accidental en faenas pesqueras, proporción que asciende al 50% en el caso del delfín común. Otros ejemplares mostraban indicios de mortalidad por enfermedades naturales. El 10% de los cetáceos fueron registrados con vida y reintroducidos al mar, aunque el alto número de varamientos vivos (70 ejemplares) sigue siendo preocupante.
Un dato relevante es la desestacionalización de los varamientos. En los últimos dos años, se ha observado un fuerte incremento en los meses de verano (julio y agosto), rompiendo con la tendencia anterior de picos en invierno. Esto sugiere que, además de las capturas accidentales, otros factores, como el aumento de la presencia de delfines comunes cerca de la costa y en el interior de las rías durante el verano, podrían estar influyendo. El CEMMA también apunta a posibles causas como enfermedades y la muerte por agotamiento extremo de delfines que llegan extenuados tras largos desplazamientos, lo que indica cambios rápidos en el océano que ponen al límite la resiliencia de estos animales.