Matemáticamente, la ruleta es un juego donde el apostador tiene exactamente las mismas probabilidades de ganar o perder al hacer girar el disco. Fue inventada por un francés, el filósofo y matemático Blaise Pascal en el siglo XVII, y quizás por eso la ruleta francesa es de las más populares en los casinos online actualmente.
La enorme preferencia por este juego de casino en particular se explica básicamente con tres frases:
1-Las reglas son fáciles de aprender.
2-Mirar cómo gira la rueda es una experiencia emocionante.
3- Es uno de los juegos con más retorno al jugador (98,65%)
A esto se suma la posibilidad de pedir un croupier en vivo, para que haga girar la ruleta y lo acompañe mientras juega, un factor que le agrega otro punto de emoción a la apuesta.
Usted puede jugar ruleta, tanto en casinos presenciales como online, y aunque en cada formato hay algunas reglas específicas, las bases del juego se mantienen. Sin embargo, es bueno que domine todos los aspectos de cada una de ellas, pues así sabrá cuáles son los mejores tipos, y qué estilo le conviene jugar.
Las instrucciones para apostar en la ruleta -cuyo nombre proviene del término francés roulette que significa “ruedita”- no pueden ser más simples.
Se trata de predecir en que número -de los 36 que aparecen- se detendrá la bolita. Lo más interesante del juego es que aparte de apostar a alguno de los números específicos, también puede predecir –y apostar- si el número final será par o impar, y también en cuáles colores (rojo o negro) se detendrá la bola.
Un largo camino
Desde la primera ruleta creada por Blaise Pascal, hasta aquellas ruletas que vemos en las casas de apuestas online o presenciales, han pasado muchísimos años, y el juego obviamente se ha modernizado en todos sus aspectos.
La ruleta de Pascal no tenía el cero, se usó sólo con fines de diversión entre sus familiares y amigos y nunca le trajo ganancias a su inventor.
Recién en el siglo XIX, los constructores de casinos y hermanos Francoise y Louis Blanc, le agregaron un cero a la ruleta, y la instalaron en el Casino de Montecarlo, lugar que se convirtió así en el primer centro de entretenimiento en contar con este tradicional juego.
Tanto fue el éxito que cosechó la ruleta, que no pasó mucho tiempo para que en Estados Unidos le agregaran un nuevo cero a la rueda, dando origen a la ruleta americana. De ahí en adelante, el resto ya es historia.
Hoy en día podemos elegir entre ruletas con efectos de sonido y visuales, con croupier en vivo, basadas en temáticas de películas o videojuegos famosos, pero en España, por orden de preferencias está la ruleta francesa, seguida por la europea y luego, la ruleta americana.
La única diferencia entre la europea y la americana es la cantidad de ceros que incluye el disco Mientras la primera solo considera un cero, la americana incluye una casilla más, con dos ceros.
Algunos consejos útiles
Si nunca ha apostado en un casino virtual, pero le gustaría empezar con la ruleta le aconsejamos que tenga en cuenta estos consejos.
En primer lugar, ensaye un poco antes de comenzar sus apuestas. Aunque el juego es sencillo de comprender, igual que todas las cosas, requiere tiempo de entrenamiento para soltar la mano, y convertirse en un experto o experta.
Use el demo
Además, recuerde que muchos casinos online actualmente dan a sus jugadores la posibilidad de que jueguen gratis, para que conozcan en detalle los diversos entretenimientos de su catálogo.
Este programa se encuentra en la misma página del casino, se denomina Demo, y es una buena idea aprovechar esa oportunidad y divertirse, sin la presión de estar apostando dinero real.
Una vez que se sienta en confianza y domine las reglas del juego, podrá lanzarse sin problemas al mundo de las apuestas.
No olvide las certificaciones
Asimismo, es importante que verifique que el casino en el que jugará cuente con todas las certificaciones de calidad otorgadas por la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOJ) y apueste con responsabilidad.
De esa forma, realmente se divertirá jugando, y también evitará malos ratos, pues no estará con la preocupación de ser víctima de una estafa electrónica.