Una mañana nubosa del día 26 de noviembre de 2011, desde Cabo Cañaveral, la NASA consiguió lanzar con éxito el proyectil destinado a la exploración del planeta Marte. El robot, que viajó a bordo de un cohete Atlas V desde el centro espacial Kennedy, inició su ascenso en 7.778 kilómetros por hora hasta el desprendimiento del primer segmento. Cuando consiguió desprenderse el segundo, la cápsula que contenía el robot se disparó hasta el punto de triplicar la velocidad.
El laboratorio de Propulsión a Reacción diseñó un vehículo explorador «tipo rover» equipado con tres cámaras, cuatro espectrómetros, dos detectores de radiación, dos sensores ambientales y dos atmosféricos. A su vez, le añadieron instrumentos científicos muy avanzados que consiguieron convertir un astromóvil tres veces más pesado y dos veces más grande que los vehículos utilizados en la anterior misión Mars Exploration Rover del 2004. El propósito de su lanzamiento fue profundizar en la búsqueda de agua y vida en Marte, descubrir parte de su historia geológica, sus condiciones ambientales y barajar alternativas futuras para la humanidad.
Durante todo este tiempo donde el robot Curiosity no ha parado de rodar sus seis ruedas, explorando el suelo del planeta rojo, ha acumulado una serie de importantes descubrimientos que sugieren que hace 3.600 millones de años, Marte era similar a la Tierra. Sin embargo, uno de los últimos y grandes hallazgos hace un par de años que el robot descubrió fue el Monte Sharp. Una zona que presenta grietas en el antiguo barro y bastantes evidencias que permiten evaluar el clima pasado. Un descubrimiento relevante y de gran interés para los científicos.
El estudio de las formaciones geológicas del Monte Sharp es una autentica mina de oro para sus investigadores que descubrieron, tras varios intentos y una vez que el Curiosity consiguió llegar a la parte baja de la montaña —de 5 kilómetros de altura—, posibles rastros de agua. Se espera que la muestra extraída revele más información sobre cómo evolucionó el clima y la habitabilidad del planeta hasta formarse el agua salada y que acabó evaporándose hace miles de millones de años. El hallazgo de poder describir un pedazo de la historia marciana ha hecho posible demostrar que probablemente en los remotos marcos lacustres podrían haber habitado organismos microbianos.
Por el momento solo se puede corroborar que Marte fue probablemente un planeta rico en ríos como la Tierra y que sus formaciones geológicas conocidas son probablemente restos de antiguos lechos fluviales, pero los investigadores aseguran que aún quedan por descubrir muchos depósitos similares a la Tierra y el Curiosity no parará hasta encontrarlos.