Esta app, que ya lleva más de un millón de descargas en nuestro país, informa de la posición de los radares y controles policiales que hay en nuestras carreteras. Atrás quedaron los tiempos en los que se daban luces al superar uno de ellos para advertir a los que circulaban en dirección contraria.
Descrita por sus desarrolladores como «la red social de los conductores en tiempo real», Social Drive se alimenta de los datos que los propios usuarios envían de forma anónima, pues no requiere registro.
Su funcionamiento es muy sencillo: se instala en el móvil, se indican las zonas geográficas de las que se desea obtener la información y, a partir de ahí, cada vez que otro usuario genere una alarma que afecte a las zonas indicadas, saltará el aviso en el móvil. Además, cualquier usuario de la aplicación podrá generar alarmas de una forma sencilla y rápida, o verificar las ya existentes para confirmar si aún están activas o no.
Está claro que en los últimos años las aplicaciones de gestión de tráfico han proliferado rápidamente, pero el fin tan exclusivo de esta y la gran acogida que ha tenido entre los conductores han hecho que numerosos sindicatos y asociaciones policiales hayan solicitado su prohibición, alegando que pone en peligro todas las operaciones policiales y, con ello, la seguridad tanto de los ciudadanos como de los propios agentes.
Obviamente, Social Drive no sólo ayudará a los conductores que deseen esquivar un control de alcoholemia o un radar, sino también a todo tipo de delincuentes que deseen eludir a las fuerzas de la ley.
Además, y pese a que los propios desarrolladores de la aplicación aconsejan que se detenga el coche tanto para leer como para escribir los avisos, seguramente no pocos son los que no lo hacen así, con el peligro añadido que esto supone.
Por su parte, y en respuesta a los contrarios a compartir este tipo de información, muchos conductores denuncian el carácter recaudatorio de muchas sanciones, justificando así el uso de aplicaciones de este estilo. Algunos llegan a indicar que no las usarían si los radares y los controles tuviesen como fin claro la seguridad vial y no el aumento de ingresos. Además, que en los últimos meses la DGT decidiese reducir el umbral de tolerancia de los radares, fue el empujón final para muchos que ahora son usuarios de Social Drive.
De momento, el uso de este tipo de aplicaciones es legal, pero ¿debería seguir siéndolo o debería ser delito compartir este tipo de información? Y si se llegase a prohibir, ¿también debería ser delito hablar o escribir sobre ello en otras plataformas sociales? ¿Dónde habría que poner el límite?
Y tú, ¿instalarás Social Drive?