El grupo, coordinado por el profesor Fernando Aguado, formará parte del primer programa sobre defensa espacial de la agencia europea, denominado AIM (Asteroid Impact Mission). En concreto, se trata de una misión tecnológica ideada para poner a prueba una técnica de desviación de un asteroide conocida como impactador cinético y para llevar a cabo tareas de investigación del propio objeto.
Para ello, en octubre de 2020 se lanzará un pequeño satélite para estudiar de cerca el asteroide binario Didymos. Con 700 kilos de peso, llevará en su interior dos pequeños satélites de tres unidadesd e cubesat y varios experimentos para realizar mapas en 3D, incluido uno con un sistema que se posará en la superficie de la luna del asteroide para tomar muestras y fotografías de la superficie, el Mascot-2.
Se trata de la primera parte de una misión espacial denominada Aida que completará la NASA con el lanzamiento en julio de 2021 de una sonda que choque contra esa luna para intentar modificar la trayectoria de la órbita del satélite y construir modelos de impacto que puedan servir para desviar en un futuro cuerpos que se dirijan a la Tierra.
Dentro de ese proyecto, el papel de la Universidad de Vigo será desarrollar uno de los cinco conceptos de operación que incluyan tecnología propia del consorcio que deberá llevar ante la ESA, que elegirá para la siguiente fase a dos de las propuestas presentadas o integrará diferentes partes de las cuatro en función del análisis de las soluciones expuestas.
El proyecto en el que trabajará el equipo vigués (bajo estas líneas) se denomina DustCube,un cubesat que se situará a una distancia de entre dos y cuatro kilómetros del asteroide y que se encargará de analizar los fragmentos de polvo y rocas que se desprendan tras la colisión (tamaño, forma, densidad…) y la composición mineral de los fragmentos, lo que le dará a los científicos mucha información sobre el origen del asteroide o su edad. El envío de este satélite también permitirá medir la degradación de las comunicaciones ópticas entre la nave AIM y la Tierra provocadas por la nube de polvo, así como probar un sistema de comunicación entre satélites, ya que el tamaño de los cubesats obliga a enviar la señal al AIM para que este lo derive a una estación terrestre.
Así como el lanzamiento del primer satélite supuso un antes y un después en la Agrupación Aeroespacial, este nuevo proyecto supone un paso al frente de gran importancia para el grupo de ocho ingenieros de la Universidad de Vigo que participarán en el proyecto junto con dos expertos en propulsión de la Universidad de Boloña y dos en óptica de la empresa suiza Micos. «Supone un paso más allá a nivel científico para nuestro equipo, ya que el tipo de ingeniería y ciencia que vamos a desarrollar es algo nuevo que puede tener mucha repercusión científica», señalaba uno de los investigadores, Franco Pérez, para quien «afrontar un proyecto de esta envergadura, trabajando en un equipo con científicos e ingenieros de mucha relevancia internacional es muy motivador».
En concreto Micos se encargará de la parte más científica del proyecto y la Universidad de Boloña de la propulsión del satélite mientras que el grupo vigués sería el encargado de desarrollar la plataforma del satélite 3U de tamaño similar al recientemente lanzado Serpens (estructura, potencia y ordenador de a bordo para procesado de datos y protocolos de comunicación), de las operaciones, de dirigir el proyecto y de coordinar toda la misión.
Este consorcio formado por estas tres entidades tuvo que competir con otras instituciones privadas y centros de investigación europeos para ser escogidos por la ESA para desarrollar la fase 0 y la fase A de la misión. «Que confíen en nosotros como una de las instituciones participantes en esta misión es un aliciente para continuar con el trabajo desarrollado en la universidad y con el que seguiremos realizando en el Centro de Innovación Aeroespacial de Galicia», subrayó el responsable del equipo, Fernando Aguado.
El asteroide Didymos
Didymos es un asteroide compuesto por un cuerpo principal de unos 1,5 kilómetros de diámetro y una luna de unos 170 metros de diámetro, Didymoon, que orbita a 1,2 kilómetros alrededor del y que será la que reciba el impacto para intentar modificar su periodo orbital. La fecha de lanzamiento, octubre de 2020, fue la escogida por los ingenieros y científicos de la ESA teniendo en cuenta lo que tarda en llegar el satélite y los meses que deberá estar orbitando para llevar adelante con éxito la misión ya que cuando el satélite llegue al asteroide este estará en su punto más próximo a la Tierra, 11 millones de kilómetros, «una distancia similar a 40 viajes a la Luna».