Todo empezó hace más de un año cuando Orpagu, viendo que la flota de su asociación rondaba los 25 años de antigüedad y que en breve haría falta una modernización o sustitución de unidades, decidió encargar un nuevo diseño de buque que ofreciera mejoras significativas en aspectos relacionados con la eficiencia energética, el principal caballo de batalla de los empresarios del mundo del mar.
Tal y como explica Juana Parada, gerente de la organización, «la mayoría de los astilleros se basan en el mismo diseño desde hace 30 años y ahora ya se pueden hacer cosas más modernas sin necesidad de inventar nada, empleando materiales que ya existen en el mercado». Y con esa idea empezó el trabajo con Vicus Desarrollos Tecnológicos, que recibió el encargo de un nuevo buque de palangre que permitiera un ahorro al armador en los gastos de carburante porque «en un segmento como éste en el que a nada que suba el precio del combustible y baje un poco el del pescado se pasa muy mal, es fundamental», destaca Parada.
El prototipo que ha dado como resultado esta colaboración, y que hoy se ha presentado a los asociados de Orpagu, permitiría un ahorro medio sobre el gasto actual de combustible del 20%, que podría llegar hasta el 30% en caso de que todas las condiciones de navegación fueran las mejores.
Un desembolso (el del combustible) que en el caso de los palangreros ronda, dependiendo del tamaño del barco, los 400.000 euros anuales, lo que influye significativamente en la cuenta de resultados de las empresas armadoras.
Aunque el barco resulta más caro que el actual (entre un 10 y un 15%), la recuperación de esta inversión está garantizada en poco tiempo, según destaca la gerente de Orpagu, quien también adelanta que las nuevas unidades se empezarán a ver en los próximos cinco años, «que es cuando toca renovar los primeros barcos de la asociación».
Un barco más eficiente, silencioso y rápido
Por su parte, el gerente y director técnico de Vicus, Adrián Sarasquete, señala que el planteamiento de Orpagu no fue tanto un nuevo diseño como la posibilidad de aplicar nuevas tecnologías para hacer más eficiente el barco: «Utilizamos tecnología que ya se emplea en otros segmentos de flota o en otros sectores, no estamos hablando de ciencia ficción».
De esta forma, explica Sarasquete, «el trabajo se centró en las posibles mejoras en la tecnología de generación eléctrica y en hidrodinámica y propulsión, ya que el principal consumidor del barco es la planta propulsora y generadora».
El resultado de estos cambios e incorporaciones es un barco más eficiente, ya que reduce considerablemente el consumo de combustible, pero también más confortable y silencioso, tanto para los que trabajan a bordo como para el medio marino. Además, el palangrero del siglo XXI podría navegar a mayor velocidad que el actual.
El gerente de Vicus Desarrollos Tecnológicos señala que planteamiento por parte de Orpagu fue abierto «pero con la limitación que siempre hay en los barcos de pesca debido al arqueo, que es algo que tienes que tener muy presente y que siempre te va a limitar en los cambios que quieras hacer».
Otro de los dificultades del encargo fue el coste. «El sector pesquero es muy conservador. Básicamente porque tiene muchas incertidumbres desde el punto de vista de las licencias y eso limita mucho la cantidad de dinero que una empresa está dispuesta a invertir. Y las innovaciones, al final, hacen que al diseño sea un poco más caro», subraya.
A pesar de ello, Sarasquete reconoce que el reto fue apasionante y se muestra muy satisfecho con los resultados obtenidos en este algo más de un año de trabajo. Vicus cuenta con una dilatada experiencia en el ámbito pesquero fruto de su trabajo con asociaciones y armadores del sector en España, Perú, Argentina, Holanda y Noruega, entre otros países. La empresa, cuya sede está en Vigo, está especializada en propulsión e hidrodinámica y eficiencia energética para el sector naval, en general.