La sección cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a once años de cárcel a un vecino de Tomiño por acceder a una vivienda del municipio, violar y agredir a la mujer que se encontraba en su interior. En concreto, el tribunal, que tuvo en cuenta la agravante de uso de disfraz porque llevaba su rostro cubierto, lo ha considerado autor de un delito de allanamiento de morada, en concurso con un delito de agresión sexual y con otro de lesiones.
Los magistrados consideran acreditado que el sospechoso, sobre las seis menos cuarto de la madrugada del 8 de septiembre de 2018, se personó en el domicilio de la víctima y logró que le abriese la puerta fingiendo ser su vecina.
El tribunal relata en la resolución que el condenado empujó a la afectada hacia el interior de su casa y, al llegar al salón, la tiró al suelo, le realizó tocamientos por el cuerpo y le introdujo sus dedos en la vagina.
A continuación, con la finalidad de menoscabar la integridad física de la víctima, la cogió por la cabeza y se la golpeó repetidamente contra el suelo. Después, abandonó el lugar y la dejó tirada en el suelo.
«En todo momento, y para ocultar su identidad, el acusado llevó puesta una sudadera con capucha con la que se cubrió la cabeza, llevando también tapado el rostro con otra prenda que solo dejaba visibles los ojos; asimismo, llevó las manos cubiertas con guantes», indican los magistrados, quienes subrayan que la afectada ha narrado «de manera convincente, clara y sin excesos» lo ocurrido.
Además, los jueces señalan que la determinación de la autoría del sospechoso «ha venido de la mano, fundamentalmente, de las pruebas periciales biológicas elaboradas por el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil y por el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses».