Tensa situación, de vida o muerte, la vivida en el puesto de la Guardia Civil de Tomiño, de 42 años, en las últimas horas. Un vecino de Tomiño tuvo que ser auxiliado por una patrulla tras sufrir una reacción alérgica “extremadamente grave” que afectaba a todo su organismo.
Según ha informado este lunes la Benemérita, el hombre apareció por la noche en el cuartel de la localidad “llamando repetidamente a la puerta” y “visiblemente alterado”. En su mano llevaba una jeringuilla porque estaba padeciendo un “shock anafiláctico” y necesitaba inyectarse adrenalina. Ante este escenario crítico, fue claro con los agentes: “Me queda poco. Ayudadme, que no lo cuento. Voy a empezar a convulsionar”, les avisó.
Los efectivos presentes en el puesto de Tomiño llamaron inmediatamente al 112, que movilizó una ambulancia al lugar. También pidieron que se les pusiera en contacto con un médico mientras no llegaba el personal sanitario, porque el hombre empezaba a comunicarse “con dificultad”, apenas se mantenía en pie y tenía la lengua “visiblemente inflamada”, según indica la Guardia Civil.
No obstante, llegado un momento, los agentes decidieron que no se podía esperar más y, sin ayuda externa, le administraron la dosis de adrenalina tras desinfectar la zona de la inyección gracias al equipamiento de su botiquín.
La dispensación surtió efecto. La ambulancia tardó “unos veinte minutos” en llegar, pero en ese momento el hombre confirmó que ya se encontraba bien y que no deseaba ser trasladado a un centro hospitalario. En todo caso, el personal sanitario le realizó un reconocimiento in situ para asegurarse de que se hallaba totalmente recuperado.