Según ha informado este martes la Benemérita, los hechos sucedieron el pasado fin de semana cuando se recibió una alerta en el Centro Operativo Complejo (COC) de Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra (teléfono 062) para informar de que un hombre había desobedecido la orden de alejamiento de su expareja, debido a que estaba con ella tomando una consumición en un establecimiento público de este municipio.
Una patrulla de seguridad ciudadana del Puesto Principal de Ponteareas se trasladó de inmediato a este establecimiento y una vez identificados los dos componentes de la pareja pudieron constatar que el varón tenía vigente una prohibición de aproximarse a su expareja en un radio de 200 metros durante cuatro años, según una resolución judicial dictada recientemente por el Juzgado de lo Penal número 4 de Pontevedra.
Se trata de un vecino de Mondariz de 62 años que había sido detenido a principios de este mes por un delito de lesiones en el ámbito de la violencia de género, con antecedentes policiales ya que había sido detenido anteriormente por los mismos motivos y con la misma persona.
En esta ocasión se le notificó su condición de investigado como presunto autor de un delito de quebrantamiento de condena, con la obligación de comparecer, cuando sea citado, en el Juzgado de Instrucción de guardia de Ponteareas
Más de medio centenar de personas detenidas o investigadas este año
En lo que va de año se han detenido o investigado a 65 personas en la demarcación territorial de la Guardia Civil en la provincia de Pontevedra, la mayoría con antecedentes policiales, por quebrantar las órdenes de alejamiento con respecto a sus exparejas.
Se trata de una cifra sensiblemente inferior con relación a las 89 personas que se detuvieron o investigaron el año pasado. Los quebrantamientos de condena han sido en su mayoría de órdenes de alejamientos o comunicaciones decretadas por el juez en casos de violencia de género.
Los efectivos de la Guardia Civil detuvieron o investigaron a estas personas, según los casos, por encontrarse merodeando por las inmediaciones del domicilio, centros de trabajo o lugares frecuentados por sus exparejas y sobre los que tenían la prohibición de acercarse a menos de 100 o 500 metros; o por ponerse en contacto con ellas ya fuera por vía telefónica -mediante llamada o mensaje- o a través de internet.