La Policía le seguía el rastro desde hace medio año y había dictado una orden de búsqueda internacional. La víctima había sido condenada a por la Audiencia Nacional a nueve años de prisión y a una multa de 110 millones de euros por un delito contra la salud pública, en su modalidad de narcotráfico, pero no había ingresado por problemas médicos.
Los hechos se remontan al 11 de junio de 2014 cuando el propietario de un inmueble, situado en el tercer piso del número 7 de ponteareana Avenida de Castelao, llamó a la Guardia Civil para dar cuenta que en el interior del mismo, había un arcón congelador atado con cadenas.
El propietario había acudido al piso, alarmado por la ausencia de noticias de su inquilino del que no sabía nada desde hacía casi tres meses y que, en ese tiempo, tampoco había hecho efectivo el pago del alquiler.
Una vez llegados los agentes del Instituto Armado, procedían a abrir el arcón congelador para encontrarse en su interior con el macabro hallazgo del cuerpo de un hombre cuya edad, según los primeros datos que ofrecía el médico forense, podría estar entre los 30 y 50 años.
El cadáver había sido troceado y para poder introducirlo en el arcón, y el hecho de que el inmueble estuviese casi vacío, facilitó la labor del autor de los hechos.
Desde el primer momento, fuentes policiales barajaron la posibilidad de que el cuerpo perteneciese al narco venezolano José Jesús Isasis González, condenado a nueve años de prisión por un alijo de cuatro toneladas de coca encontradas en el barco San Miguel, interceptado por los Servicios de Vigilancia Aduanera en 2008.
Las investigaciones de la Guardia Civil se centraron en la búsqueda de José Antonio F. A., de nacionalidad paraguaya, arrendatario del piso de Ponteareas en el que se encontró el cadáver. Frutos Ayala tenía antecedentes, pero sólo como autor de un delito de fraude a Hacienda, por el que tenía dos órdenes de detención.