Activado el protocolo correspondiente, con la ayuda e información facilitada por la familia, apenas una hora después de haber tenido noticia de su ausencia, una patrulla de seguridad ciudadana la pudo localizar dentro del cauce del río Tea.
El escaso caudal del río propició que su vida no corriese peligro y pudo ser rescatada sin mayores dificultades por la patrulla.
Al hilo de esta incidencia, el Instituto Armado recuerda que cada año desaparecen en España decenas de mayores. En la mayoría de los casos, se trata de personas con enfermedades neurodegenerativas, que lamentablemente son encontradas sin vida en un área de dos kilómetros del lugar donde fueron vistos por última vez.
“Es fácil que se desorienten y no sean capaces de regresar a su domicilio, por eso es importante disponer rápidamente de toda la información sobre el mayor en riesgo, como datos de identificación, descripción, rutinas y pasado del mayor (dónde vivió o dónde trabajó), ya que un vínculo con su vida anterior puede darnos pistas de dónde se encuentra”, informa la Guardia Civil.
Consejos
Ante la desaparición de un mayor los primeros momentos son fundamentales y por ello se debe iniciar la búsqueda inmediatamente inspeccionando todos los espacios de la vivienda y lugares adyacentes como jardines y trasteros.
No hay que olvidar que las personas mayores que desaparecen suelen ser encontradas en zonas de difícil orografía, como zanjas, caminos abruptos, vallados, etcétera, puesto que, dado su estado físico estos obstáculos se convierten en insalvables.
Además, es muy importante que tras una búsqueda inicial rápida se denuncie la desaparición en la Policía Nacional (091) o en la Guardia Civil (062). Las fuerzas de seguridad recuerdan que no se debe esperar, porque las primeras horas son fundamentales.