Solo unas semanas después de que Os Biosbardos lanzara una petición de ayuda para dar vida a sus instalaciones, la protectora ya luce llena de color. La rápida y altruista respuesta de Eva Casais se ha plasmado en los muros de la asociación con una ilustración que ha dejado “sin palabras” a sus beneficiarios.
La viguesa ha llenado los muros de Os Biosbardos de nubes, arcoíris, flores y, cómo no, perros. La artista ha dejado así su sello personal en estas paredes, al igual que ha hecho ya en otros edificios públicos de Vigo. El resultado ha encantado a las personas que gestionan la protectora.
“Si algo bueno tiene este voluntariado es que te permite conocer personas con luz, personas buenas, buenas de verdad, generosas, sensibles, empáticas, dulces, personas libres de ego, personas que ayudan porque les sale del corazón, con la única finalidad de mejorar la vida de otros seres en este mundo, personas que merece la pena conocer, empaparse de su buena energía y su altruismo”, contaban desde la asociación ponteareana.
“Todo esto lo encontramos en ti, Eva Casais, no tenemos palabras para expresar nuestro agradecimiento por tanto. Sin conocernos nos ofreciste todo, llenaste nuestro pequeño y humilde refugio de color, estamos emocionado/as ante tanta belleza con tanto significado”, añadían con especial mención al arcoíris y al cielo, dibujando así “nuestro universo” y recordando “a todo/as nuestro/as biosbardo/as que ya no están en este mundo”.
El agradecimiento, en todo caso, ha sido mutuo. Así suele ocurrir cuando la solidaridad se cuela de por medio. “Gracias por llegar a nuestra familia, hacernos de la tuya, darle el hogar que se merecía a nuestra Marina, ahora tu Marina. Gracias por formar parte de esta gran familia de voluntariado”, relata la protectora.
Y es que Casais se fue de Os Biosbardos con la satisfacción de aportar su arte a una buena causa y con una nueva compañera de viaje. “Gracias por cuidar de mi hija hasta que llegó a mi vida. Si no fuera por vosotrxs nunca hubiera conocido a mi querida Marina, prometo cuidarla lo mejor que sé. He conocido a gente maravillosa en vuestra protectora y me he sentido como en casa. Pero esto no acaba aquí, ya tenéis una voluntaria más porque sin duda todos esos perretes me han robado el corazón”, replicaba en su muro de Facebook.
Una ola de solidaridad que se extendió a las empresas y personas que donaron material y ayudaron a Eva Casais en su trabajo. Una intervención que empezó con un SOS y acabó con una obra de arte, una adopción y una voluntaria más.