La Guardia Civil ha detenido a un vecino de Gijón de 20 años, como presunto autor de un delito contra la libertad sexual, al contactar con un menor de 13 años con fines sexuales.
La operación denominada “Fariseo” fue realizada por el Equipo de Investigación Tecnológica de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra (EDITE). Se inició en febrero del pasado año, tras la denuncia presentada por los padres del menor.
Según han informado desde la Guardia Civil, tras la investigación comprobaron que el detenido solicitaba de los menores fotografías y vídeos de contenido erótico sexual, producidos por ellos mismos. Una vez lograba recibir los archivos de vídeo y fotográficos, compartía a su vez con el menor otros archivos con un alto grado de contenido sexual explícito con el objetivo de ganarse poco a poco su confianza, para más tarde involucrarle en una actividad sexual, intentando concertar con la víctima un encuentro real, con el fin de mantener relaciones sexuales.
Las actuaciones se coordinaron con el Juzgado de Instrucción número Uno y la Fiscalía de Pontevedra.
El detenido ha quedado en libertad con cargos, con la obligación de presentarse ante la autoridad judicial cuando sea requerido para ello.
Desde la Guardia Civil han enviado un listado de recomendaciones para hacer frente a este tipo de actos delictivos y proteger a los menores.
- Mantener una comunicación lo más fluida posible entre padres y menores.
- Indicar a los menores que no borren las conversaciones y que guarden las capturas de pantalla, lo que ayudará a la detención del delincuente.
- Animar a que el menor hable de estos temas sin miedo a una represalia, el culpable es el adulto que intenta manipular al menor.
- Presentar siempre denuncia ante la autoridad competente.
En definitiva, recuerdan desde la Guardia Civil, la comunicación y la educación junto a un apoyo del entorno más cercano de los menores, son las herramientas más eficaces, tanto para prevenir consecuencias graves emocionales o psicológicas como el sentimiento de culpa en los menores, baja autoestima, depresión, y en los casos más graves autolesiones o intentos de suicidio.