La alcaldesa de Mos, Nidia Arévalo, el teniente de alcalde y concejal de Obra Pública, Camilo Grandal, el concejal de la parroquia de Pereiras, Leo Costas, y el arquitecto municipal, Ramón Vega, se han reunido esta semana con el jefe del servicio provincial de Pontevedra de la Axencia Galega de Infraestruturas, Manuel Ángel González Juanatey, para pedir a la administración autonómica la reforma integral de la carretera PO-331 que une O Porriño y Gondomar.
Este vial, que acoge un volumen de tráfico de unos 12.500 vehículos al día, es la principal conexión entre el Val Miñor y la A-55 y una de las vías más concurridas de la provincia.
En concreto, según ha puesto de manifiesto la alcaldesa de Mos, la parte más afectada es el tramo entre el Cristo de Belén y el Colegio de Atín-Cela, por el municipio mosense.
En este tramo, se reclama un arreglo de las aceras, solución a problemas en giros y cambios de sentido en la circulación que reclaman los vecinos y la rehabilitación del firme y de las zonas de la calzada hundidas. Además de estas mejoras, se ha informado de la inmediata y urgente reparación de las zonas de las aceras en las que se encuentran baldosas levantadas mediante la retirada de las mismas y la acometida de hormigonado, además del arreglo del fallo registrado en el semáforo de A Florida.
Según ha indicado el Concello de Mos en un comunicado, el proyecto de reforma integral de la carretera O Porriño-Gondomar, cuya redacción se ha reclamado a la Consellería de Infraestruturas, incluiría la renovación de todas las tuberías de canalización de las redes de saneamiento y abastecimiento, la acometida de nuevas canalizaciones para enterrar las líneas eléctricas y de telefonía, nueva red de pluviales, reposición del firme e instalación de nueva iluminación pública con tecnología led sujeta a los estándares y medidas de ahorro y eficiencia energética, y diseño para la construcción de dos glorietas para la regulación del tránsito rodado en dos intersecciones.