Un equipo de trece personas pertenecientes a los bomberos forestales del distrito de O Porriño acudieron a colaborar en las tareas de extinción de los fuegos declarados en la provincia de Ourense.
En concreto, dos agentes ambientales, dos conductores de motobomba y nueve bomberos forestales del Distrito XVIII de O Porriño [Vigo-Baixo Miño] fueron voluntarios durante tres días para luchar contra las llamas de los incendios de Ourense.
Los municipios de Oimbra, Viana do Bolo (parroquia de Sever) y Vilariño de Conso (Pradoalbar) fueron los lugares en los que intervinieron y lograron salvar viviendas. Es el caso de Oimbra o todo el núcleo de Pradoalbar, que estuvieron rodeados por el fuego.
Todos ellos utilizaron sus días libres o adelantando el fin de sus vacaciones para hacer turnos de 12-13 horas diarias en los incendios a altas temperaturas. Según explican, las condiciones de los incendios forestales eran con fuego muy alto, pegado a las viviendas y carreteras. «Era casi imposible poder controlar el fuego que sumando con las rachas de viento pasaba por encima nuestra, saltando pistas y carreteras», explican.
También apuntan al cambio climático, la despoblación del rural y la falta de ganado como causas de que el monte esté abandonado, acumulando grandes cantidades de combustible. «Los incendios de sexta generación ya están aquí y vienen para quedarse, cada vez son menos los incendios pero son más virulentos y con comportamientos impredecibles que hacen que estén fuera de capacidad de extinción», apuntan.