Elaborada por los fotoperiodistas Felipe Carnotto y Adrián Irago entre los meses de septiembre y octubre de 2015, la muestra documenta las vivencias de los refugiados que huyen de distintos conflictos bélicos para llegar a Lesbos y recorrer los Balcanes a la búsqueda de un nuevo hogar en Europa.
La exposición fue inaugurada por la diputada provincial de Cohesión Social, Digna Rivas, que estuvo acompañada por representantes del Concello de Salceda.
«Exodus procede de los términos latino y griego que significan saluda, con las consecuencias que eso lleva consigo», remarcó Digna Rivas en el acto. Así, los protagonistas de las imágenes son personas «que escapan de países donde unos pocos están imponiendo su voluntad por encima de todo, que arriesgan sus vidas hasta llegar a perderlas en el Mediterráneo buscando esperanza, paz y solidaridad», dijo la diputada provincial.
A este respecto, Digna Rivas resaltó que las instituciones públicas «tenemos una importantísima labor de divulgación de información, tenemos que ser quien de informar a la ciudadanía de lo que está ocurriendo en el mundo». Aseguró además que cada una de las fotografías «contiene una historia que le puede pasar a cualquier persona con independencia de su procedencia o nivel de estudios».
La muestra se exhibió del 29 de abril al 10 de junio en el Pazo Provincial de la Diputación «pero nos pareció una buena idea que se hiciese itinerante para que recorriese los municipios de la provincia» y que la ciudadanía «sepa lo que está ocurriendo» aunque, añadió, algunos no han querido sumarse a esta iniciativa.
Crisis migratoria
Hay que recordar que Europa está afrontando la peor crisis migratoria tras la Segunda Guerra Mundial y según datos de Acnur, más de un millón de personas cruzaron las islas griegas escapando del conflicto en 2015. Un 25 por ciento de ellas eran menores de edad y, además, alrededor de 3.700 personas murieron en el intento de cruzar el Mar Egeo.
Su camino comienza en Oriente Medio. Huyen por cientos de miles desde Siria, Irak o Afganistán en un flojo constante de humanidad dirigido por el miedo, la inseguridad y la falta de oportunidades. Su desesperación les mueve a arriesgar sus vidas y las de sus familias por un futuro en paz. Lo hacen desde Turquía, cruzando el Mar Egeo hasta las islas griegas en balsas de goma sin medidas de seguridad. Una vez en Grecia comienza un duro camino entre fronteras. Los refugiados cruzan Europa con una idea vaga de alcanzar Alemania, Suecia o Noruega pero en Gevgelija, al sur de Macedonia, en la frontera con Grecia, se erige un campo de refugiados repleto de almas perdidas. Más de dos mil personas al día dejan su huella en un paraje inhóspito.