Según han informado este miércoles fuentes de la Benemérita, la intervención fue llevada a cabo por efectivos de la Intervención de Armas y Explosivos del Puesto Principal de la Guardia Civil de Cangas, que realizaron las inspecciones y decomisaron de 11.150 unidades de la Clase-I y 1.950 de la Clase-II, que, en este caso, tienen una limitación de edad para su venta de 12 y 16 años, respectivamente.
La venta de estos artificios pirotécnicos sin autorización, como es el caso de todos los vendedores ambulantes, está tipificada como una infracción grave al Reglamento de Artículos Pirotécnicos y Cartuchería y sus responsables, que fueron identificados, pueden ser sancionados con multas desde 300 a 30.000 euros.