Familiares de los marineros del Villa de Pitanxo han alzado este viernes la voz para que se retome la búsqueda de los doce tripulantes desaparecidos, la mitad de los que iban a bordo del barco naufragado en aguas canadienses, y en su clamor unánime exigen «hechos, y no, palabras», para así recobrar el rastreo.
María José do Pazo, hija de Francisco, el jefe de máquinas de ese arrastrero congelador del Grupo Nores con base en Marín, ha subrayado que «cada hora que pasa es más difícil encontrar un cuerpo» y, pese a saber «que ya no tienen vida», como ha dicho después de dos horas de reunión de todos los parientes de la marinería con la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, «los queremos de vuelta».
Ha contado María José do Pazo que se encuentran «abatidos» y que la situación en la que se ven es una «tortura» porque a pesar de que en España les aseguran que se van a recuperar las labores de localización en cuanto mejore el tiempo en el Atlántico norte, en Canadá, ha espetado textualmente, «nos dicen que nos están vendiendo humo».
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha vuelto a insistir durante esta jornada en que confía en que exista «la mínima ventana de oportunidad que permita reanudar las tareas» porque es un «trabajo que no ha concluido», mientras que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha señalado en la rueda de prensa del Consejo de Ministros que el titular de Exteriores, José Manuel Albares, trabaja para ello, «permanentemente», con las autoridades canadienses.
Está hablando con su homóloga allí, Melanie Joly, para que «según permitan las condiciones meteorológicas, se pueda seguir con la tarea de búsqueda».
En Galicia, el delegado del Gobierno en la Comunidad, José Miñones, ha sido el más contundente al afirmar que eso será un hecho en cuanto el clima lo permita -«lo podemos confirmar», y el presidente de los gallegos, Alberto Núñez Feijóo, ha deseado que el compromiso en efecto se materialice por el «interés máximo» que subyace, al apelar un día más a razones humanitarias.
El mandatario autonómico ha indicado también a los medios con motivo de un acto con universidades en Santiago de Compostela que el proceso de repatriación de los tres supervivientes y de los nueve cuerpos que se encontraron debe ser ágil.
«Las familias y las gentes del mar de Galicia y de España merecen ese esfuerzo adicional por parte del Gobierno», ha dicho, y ha dejado caer que si el equipo de Pedro Sánchez no fleta un avión directo, la Xunta está en disposición de asumir el pago de lo que esto cueste.
«En este momento son necesarias este tipo de actuaciones, que me parecen proporcionadas y justificadas», ha defendido Núñez Feijóo.
El Ministerio de Asuntos Exteriores ha activado una nueva fase del Plan de Asistencia Consular para lograr la repatriación de los supervivientes y las víctimas «con todas las garantías, rigor y diligencias, y la máxima celeridad posible».
Esta fase del plan, según informa un comunicado, se ha activado tras la llegada este 18 de febrero a San Juan de Terranova de dos de los cuerpos rescatados de la embarcación hundida y continuará este sábado con la previsible arribada a puerto de los tres supervivientes, el patrón Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial y el ciudadano ghanés Samuel Kwesi, y de los siete fallecidos restantes cuyos cuerpos se han podido rescatar.
El Gobierno ha acordado declarar luto oficial el 21 de febrero con motivo de esta tragedia marítima, una de las mayores de la navegación española.
La armadora ha enviado una nota en la que informa de la contratación de una empresa especializada que se encargará de los trámites precisos para traer cuanto antes a los tripulantes a España y espera entre hoy y mañana tener listas las identificaciones, que serán «inmediatamente comunicadas a las familias».
Nores informa además de que por parte de esta empresa se están realizando «todas las averiguaciones posibles» para conocer las causas que provocaron que el mar engullese al Villa de Pitanxo, de 50 metros de eslora.