Los hechos sucedieron el pasado miércoles cuando este vecino transitaba con un perro de la raza American Staffordshire por una céntrica calle de la localidad, próxima a varios parques infantiles y con una importante afluencia de personas en la zona. El perro iba sujeto mediante una correa pero no llevaba el bozal reglamentario.
Al proceder a la identificación de su propietario, se pudo comprobar que la tenencia de este animal no cumplía con los requisitos legales que determina la normativa autonómica gallega sobre los perros potencialmente peligrosos, habida cuenta de que no figuraba inscrito en el censo municipal de registro de animales potencialmente peligrosos. Por su parte, el dueño tampoco está en posesión de la preceptiva licencia, ni tenía suscrita la póliza de responsabilidad civil obligatoria.
Las denuncias formuladas por el Seprona se remitieron a la Administración Local, por lo que respecta a la licencia y al censo, y a la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta de Galicia por carecer de seguro de responsabilidad civil y no llevar bozal.