Durante la Semana Santa se provocó un tremendo atasco en la autovía A-52 en dirección a Vigo. Las retenciones estuvieron provocadas porque el carril hacia las Rías Baixas estaba cerrado al tráfico y se desviaban los coches por el correspondiente a la dirección contraria. La causa del cierre parcial de la infraestructura son los desprendimientos existentes en la ladera de la montaña. Y es que existe el riesgo de que el vial quede sepultado por una masa de tierra, rocas y árboles.
La zona de Melón es un lugar montañoso conlindante con A Cañiza y es el punto en el que la A-52 inicia su descenso hacia Ribadavia. El vial atraviesa esta zona entre los picos de la zona y se combinan puentes con cortes en la ladera. Precisamente, en uno de estos cortes es el lugar donde se produjeron los desprendimientos. Desde la zona superior se pueden observar las grietas en la montaña y también el desplazamiento de la tierra. De hecho, también hay varios árboles que permanenen desplazados y visiblemente torcidos. La masa vegetal acostumbra a ser un garantía para aguantar el terreno, pero una vez producida la zanja, se multiplican los peligros de un posible desprendimientos debido a su altura. Además de tierra y trocos, un arrastre de tierras mayor también desplazaría a rocas de la zona.
La ladera permanece balizada con cintas y los técnicos de la A-52 estudian las medidas a tomar. Viendo la magnitud del daño se optó por desviar el tráfico a la espera de una actuación en la zona. Hasta el momento no se hizo público ningún plan por lo que las próximas semanas continuará cerrado un carril de la A-52 en Melón. Y es que dada la magnitud del desprendimiento todo indica de que deberá realizarse una obra profunda y de gran calado. Mientras tanto, continuará el riesgo de atasco en Melón si se produce un fuerte caudal de tráfico.