La actuación, llevada a cabo por el Puesto Fiscal de la Guardia Civil de Tui, surgió como consecuencia de una inspección rutinaria que realizaron en una tienda de alimentación, que también dispone de bar, con la finalidad de comprobar el cumplimiento de la normativa sanitaria y fiscal de la mercancía que estaba dispuesta para la venta.
En el transcurso de la inspección, la Benemérita localizó en el almacén del establecimiento: nueve garrafas, con 16 litros cada una, siete de aguardiente blanca y otras dos con aguardiente de hierbas. Sumando un total las nueve garrafas de 144 litros de aguardiente.
Según se pudo comprobar, todos los envases, que aparentemente estaban dispuestos para la distribución y venta a los clientes del bar, carecían de las preceptivas etiquetas y marcas fiscales que pudiesen determinar su trazabilidad, según previene la legislación vigente.
Además, en el mismo lugar y al lado de las garrafas, se localizó una caja con 41 tapones con las precintas fiscales adheridas a las mismas, que procedían aparentemente de botellas de curso legal, las cuales eran usadas, una vez transferida el aguardiente a botellas, para darle la apariencia de bebidas destiladas de curso legal al haber devengado los impuestos correspondientes y proceder a su venta al consumidor final.
En consecuencia, los efectivos de la patrulla del Puesto Fiscal de Tui procedieron a la incautación cautelar de los tapones de las botellas con las precintas fiscales adheridas, de los recipientes con las bebidas alcohólicas en su interior y a la toma de muestras de éstas.
El responsable del establecimiento se enfrenta a varias denuncias administrativas: dos de ellas a la Ley 38/1992 de Impuestos Especiales, de la que es competente la Dependencia de Aduanas e Impuestos Especiales de Pontevedra, por carecer de las precintas fiscales y la otra por reutilización de las precintas.
Dos infracciones más
Dentro del mismo orden de actuaciones, también se levantó un acta-denuncia por supuesta infracción a la Ley 2/2012 de protección general de las personas consumidoras y usuarias, que tendrá que resolver la Delegación Provincial de Sanidade de la Xunta de Galicia, que tiene su origen en el riesgo que la venta del alcohol podría suponer para la salud pública, dado que al carecer de etiquetas comerciales se pierde la trazabilidad del producto y no se puede conocer la empresa responsable de su elaboración y distribución.
La inspección del establecimiento concluyó con la aprehensión de 171 cajetillas de tabaco que tenía a la venta sin la preceptiva autorización.