Si hoy fuese un día como los de antaño, en As Neves hubiesen repicado las campanas y una multitud aguardaría junto a una pequeña capilla el desfile de una hilera de ataúdes, con personas vivas en su interior, conducidos a hombros de sacrificados porteadores acompañados de grupos cantando plegarias.
Pero no ha sido una jornada cualquiera. La polémica está servida. El alcalde de este ayuntamiento gallego, el nacionalista Xosé Manuel Rodríguez, ha calificado este viernes de “profunda equivocación” la “decisión unipersonal” del párroco Francisco Javier de Ramiro de eliminar la procesión de los féretros de la romería de Santa Marta de Ribarteme.
“En Galicia las romerías son un elemento conformado por dos grandes factores: el hecho religioso y el hedonista. En esa sabia combinación entre el disfrutar y ser escrupulosos con la fe se encuentra la romería de Galicia y así es la de Santa Marta”, ha dicho el ofendido regidor en un vídeo colgado en el portal de Orgullo Galego.
Son muchas las personas que han criticado, como este político, en las redes sociales la decisión del sacerdote de eliminar tal exhibición por considerarla una superstición. La denominada ‘Procesión de los Cadaleitos’ se remonta al menos hasta el siglo XII y según algunos estudiosos tiene sus inicios en tiempos precristianos.
En esta procesión, los devotos simplemente se ofrecen a Santa Marta y acuden a la ermita en el interior de ataúdes transportados por familiares y amigos como forma de agradecerle que les haya ayudado a superar situaciones que los pusieron al borde de la muerte.
Sin embargo, el párroco, con el respaldo de la Diócesis, ha optado por desterrar el perfil pagano de la romería para enfado de no pocos vecinos, curiosos y turistas, que coinciden con el punto de vista del primer edil.
“Una decisión unipersonal del nuevo párroco que impone que no se celebre la romería de la manera que entendemos que tradicionalmente era buena para todos, que era con la integridad de todos los elementos que conformaban la celebración, incluidas las promesas de las personas que procesionaban en los ataúdes”, ha recriminado el alcalde, que en su visitada grabación defiende constantemente la capacidad de los gallegos de distinguir una manifestación de fe de otras más lúdicas.
“La fórmula que se adopta hoy con esta decisión unipersonal es un intento de separar por completo la tradición, la manera de entender las romerías, y querer convertir este hecho en uno exclusivamente de ortodoxia religiosa”, ha lamentado.
Para el alcalde de As Neves, “esa ortodoxia que se quiere imponer para desgajar por completo ese hecho religioso del resto de los elementos que lo conforman está siendo y va a ser una malísima noticia para la pervivencia de esta romería”.
La ‘Procesión de los Cadaleitos’ ya no se celebró los dos años anteriores por culpa de la pandemia, lo que no impidió que siga despertando un gran interés más allá de las fronteras gallegas, hasta el punto de haberse convertido en una atracción turística que mueve multitudes.