Un preso agredió el pasado viernes a una funcionaria del Centro Penitenciario de A Lama, en Pontevedra.
Según fuentes sindicales consultadas por Europa Press, el varón habría tratado de agredir sexualmente a la mujer, llegando a morderle en la boca.
La intervención de otros funcionarios permitió detener la agresión. Tras el incidente, el reo ya habría sido trasladado a la prisión de Teixeiro (A Coruña).
Problemas técnicos en la prisión
Da la casualidad de que este mismo lunes, la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha tenido que suspender sendas apelaciones fijadas en el alto tribunal gallego al no poder resolverse «problemas organizativos y técnicos» en el centro penitenciario de A Lama, que impedían que los presos pudiesen asistir por videconferencia.
Ambas, la del crimen de Jéssica Méndez y el de una vecina en Moaña — los dos sucesos en Pontevedra — han quedado pospuestas para el 13 de enero.
Fue el caso de vista de la apelación contra la condena impuesta a José Carlos Eirín por asesinar, en marzo de 2022, a su vecina Jéssica Méndez, a la que embistió deliberadamente con su vehículo cuando esperaba al volante de su turismo a incorporarse en un cruce. Por ello, fue condenado a 22 años de cárcel con la agravante de razones de género.
Antes de tomarse la decisión de suspensión de la vista, las acusaciones, en línea con la postura de Fiscalía, han trasladado a Europa Press que solicitarán que se mantenga la condena al considerar que tanto el objeto del veredicto como la decisión del jurado se ajustan «a la legalidad».
Absolución por el crimen de Jessica
Frente a ello, la defensa entiende que debería absolverse a su cliente «por vulnerar el principio de presunción de inocencia«. En su defecto, reclama que se repita el juicio. Y es que esta parte pide que como prueba se tenga en cuenta el contenido íntegro del teléfono de la víctima.
«Es ahí donde están las conversaciones para demostrar que no había vinculación con Jéssica ni que relatase ninguna situación de acoso o violencia», ha sentenciado para rechazar, además, que una pericial «reúna las condiciones reales del tráfico».
El Tribunal del Jurado consideró probado que sobre las 09.25 horas del 17 de marzo de 2022, en la carretera N-550, a la altura de la aldea de Constenla en Barro (Pontevedra), el acusado, «con el propósito de acabar con la vida de la víctima», dirigió «intencionadamente» el vehículo que conducía contra el de ella, que se encontraba detenido, aguardando para incorporarse a la N-550 desde una carretera secundaria.
Con respecto a la agravante por motivos de género, el tribunal popular entendió que «fue la indiferencia de Jéssica hacia la persona del acusado» lo que motivó los hechos. El jurado vio probada una situación de «control» y vigilancia previa, que se agravó cuando Jéssica inició una relación sentimental con el que era su novio en el momento de fallecer.
Crimen de Moaña
En el caso del crimen de Moaña, estaba fijada la apelación por la condena a 25 años de prisión del hombre que mató a su vecina septuagenaria en la parroquia de Tirán, en el citado municipio pontevedrés. La Fiscalía y la acusación particular solicitan que se mantenga la condena mientras que la defensa, para la revisión, plantea vulneración de derechos fundamentales.
En concreto, fue condenado como autor de un delito de robo en casa habitada en grado de tentativa y de un delito de asesinato mediante alevosía y para facilitar la comisión del robo, por unos hechos cometidos el 3 de julio de 2021.
El jurado consideró probado que el hombre accedió al domicilio de la víctima «con la intención de apoderarse de objetos de valor», aunque sin que constase que se llevase nada, y que para ello le agredió «de manera inesperada y sin que pudiera defenderse». Esto en un «brutal ataque de manera súbita».