Según informó la Guardia Civil, sus objetivos prioritarios eran los establecimientos comerciales, principalmente bares y cafeterías, pero también se les presume autores de los robos denunciados durante este tiempo en iglesias y viviendas de la zona. Su especialidad eran las máquinas recreativas, que destrozaban totalmente, forzándolas pero sin los daños en las zonas laterales que se registran habitualmente. Ellos se valían de algún objeto contundente para romperlas en el frontal y hacerse con la recaudación y este sistema se empleó en al menos ocho casos denunciados en locales de Praia América, en el municipio de Nigrán, algunos en la misma cafetería y en fechas distintas, pero siempre en horas de la madrugada.
Además de las máquinas recreativas y de apuestas, los ladrones arramplaban con todo lo que se encontraban al paso en cada escenario, desde jamones a billetes de lotería, bebidas alcohólicas, terminales móviles, ordenadores portátiles, televisores o juegos de consolas.
El seguimiento de los sospechosos durante estos meses ha permitido contar con testimonios de personas que vinculan a los jóvenes con los objetos sustraídos y con los lugares asaltados en las fechas que sucedieron estos ilícitos penales. La investigación se asienta también sobre pruebas periciales, imágenes de circuitos de vídeo vigilancia y toma de huellas en los escenarios que confirman los resultados de las entrevistas practicadas.
La investigación culminó con un operativo de vigilancia y seguimiento en los locales sensibles de la zona próxima a la residencia de uno de los jóvenes en Nigrán. El propietario de una cafetería de este municipio advierte en la madrugada del lunes de la presencia de dos encapuchados en la puerta de su establecimiento con herramientas y que, al ser sorprendidos, se dan a la fuga. Los agentes estrechan la vigilancia hasta que pillan a uno de los jóvenes accediendo a una cafetería a través de la ventana que habían forzado previamente. Otro cumplía las funciones de vigilancia en las inmediaciones. Los dos se van del lugar al darse cuenta del seguimiento pero son interceptados a pocos metros.
Los dos jóvenes intentaron huir pese a que los agentes de la Guardia Civil ya les habían dado la orden de que permanecieran quietos. Uno de ellos agredió al agente y se dio a la fuga pero pudo ser arrestado posteriormente. A los tres se les imputan los delitos de robo con fuerza.
A A.G.B., de 22 años y vecino de Nigrán, se le suma también el de resistencia y desobediencia grave a agente de la autoridad. Los otros dos imputados son A A.T.F., de 20 años y natural de Gondomar aunque residente en Nigrán y A.G.R., de 20 años y de Gondomar, al que se le acusa también de un delito de receptación.